Ni concertinas ni ‘peine invertido’: así fue el último asalto a la valla de Melilla
Los 238 inmigrantes irregulares que lograron entrar tardaron apenas par de minutos en lograr su objetivo
Aprovecharon la gran cantidad de casas del Barrio Chino para acercarse al perímetro fronterizo sin ser vistos
Más de 230 inmigrantes irregulares lograron entrar ayer en Melilla tras un nuevo asalto masivo a la valla, el tercero en menos de dos semanas. Los ‘sin papeles’ aprovecharon una zona del lado marroquí, conocida como el Barrio Chino , en la que solo hay un vallado de unos metros, pero que no está coronado ni por concertinas ni por el famoso ‘peine invertido’ que sustituye a las primeras. En esas condiciones, los saltos fueron fulminantes ; de hecho, se habían consumado en un par de minutos.
Tanto la Guardia Civil como las Fuerzas de Seguridad marroquíes estaban desplegadas a lo largo de los 11,3 kilómetros del perímetro fronterizo , ya que había informaciones que apuntaban a que se podía producir un asalto a la valla en cualquier momento. No obstante, como es lógico, se desconocía por dónde. Una de las razones de esa sospecha es que estos días se celebra la Fiesta del Cordero , y los organizadores de estas acciones piensan que el dispositivo policial es más reducido por ello.
El caso es que ya entrada la madrugada más de 300 subsaharianos comenzaron a moverse entre las numerosas viviendas del Barrio Chino. Los inmigrantes no fueron detectados por las cámaras de seguridad, primero porque actuaban amparados por la falta de luz, y segundo porque las casas se convirtieron en sus mejores aliadas para ocultarse. De esta forma tenían garantizado el efecto sorpresa, que es la primera condición para tener éxito en su objetivo.
A las siete menos diez de la mañana, con las primeras luces del día, se lanzó el asalto. En la zona del Barrio Chino, entre el enjambre de casas y la valla fronteriza solo media una pequeña carretera, por lo que llegar a la carrera hasta la alambrada solo cuesta unos segundos. Por supuesto, eso complica mucho la respuesta policial a ambos lados de la frontera, y los asaltantes lo saben.
La Guardia Civil y las fuerzas marroquíes activaron sus dispositivos de inmediato para reagrupar fuerzas en la zona donde se estaba produciendo el asalto. La reacción de la Benemérita fue mucho más rápida -cuando llegaron los agentes del Gobierno de Rabat todo había concluido-, pero aun así fue imposible detener a los 238 inmigrantes irregulares que entraron en la Ciudad autónoma. Simplemente, no dio tiempo, porque todo se produjo en un par de minutos.