Martínez, al notario que consignó los mensajes sobre Kitchen: «Se borra el chat y punto»
El fedatario, señalado por revelación de secretos, declara este lunes por videoconferencia
El exsecretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez, se intercambió varios WhatsApp con su amigo y notario de Mahón Alberto Vela el pasado 11 de marzo, el mismo día que el juez de la Audiencia Nacional ordenó que se le requisaran las actas que había levantado para intentar acreditar que el exministro Jorge Fernández Díaz estaba al tanto de la operación Kitchen. «Se borra el chat y punto», dice uno de los intercambios.
El notario ha sido citado a declarar este lunes ante la Audiencia Nacional y lo hará por videoconferencia. Los mensajes le han valido una imputación por un presunto delito de revelación de secretos que tendrá que dirimir un juzgado ordinario de su localidad balear de residencia. Los investigadores sospechan que estando la causa bajo secreto y habiendo sido apercibido al respecto, avisó a Martinez de lo que planeaba el juez.
El primer intercambio que recoge un informe de 263 páginas con el volcado del móvil de Martínez al que tuvo acceso ABC se produce minutos después de las diez de la mañana del 11 de marzo. «Cómo se borra?», pregunta el fedatario, que a los segundos ha conseguido hacerlo, pues Whatsapp refleja ya la advertencia de seguridad que aparece cuando una conversación está en blanco. Dice: «ya está». Se cruza con la respuesta de Martínez a su pregunta anterior: «Se borra el chat y ya está».
Ahí el notario pregunta a su amigo si puede hablar con él y éste le contesta que llame. Pasarán más de tres cuartos de hora hasta el siguiente mensaje. Es Martínez y le dice: «Se me ha ocurrido algo para comentar esta tarde».
El fedatario ha adquirido una sorprendente relevancia en la investigación de la operación Kitchen , que persigue un despliegue policial desarticulado entre 2013 y 2015 en teoría, para sustraer documentación comprometedora del PP que conservaba su extesorero, Luis Bárcenas.
Anticorrupción llegó hasta él porque otro de los imputados, el comisario Enrique García Castaño, mostró un WhatsApp amenazante en el que Martínez señalaba que tenía unas actas en su poder con las que sería inevitable que el escándalo llegase hasta el exministro. Las había formalizado ante un notario de Mahón y otro de Madrid, según diría después ante el juez, tras unas declaraciones de Fernández Díaz en prensa en las que se desmarcaba de Kitchen. Se sintió «dolido» y traicionado. No estaba dispuesto a caer sólo.
El juzgado reclamó las actas a sendos notarios y después, se las requisó a Martínez, así como se llevó un volcado de su teléfono móvil. Fue de este modo como se descubrió que con el fedatario de Mahón, además, existía relación personal. Para la defensa de Jorge Fernández Díaz, quien niega haber tenido conocimiento de la operación Kitchen y por tanto, haber enviado o reenviado mensaje alguno al respecto, este es un elemento más para desconfiar de su veracidad.
Cuando el juez Manuel García Castellón sentó frente a frente a Martínez y Fernández Díaz en noviembre para que confrontasen sus versiones, el asunto de los WhatsApp con el notario salió a colación.
« Que el notario es amigo mío no lo niego . Los mensajes de lo borrado tiene que ver con asuntos absolutamente personales, un chiste un poco de mal gusto que le había enviado y que no me apetecía que lo viese ninguno de sus cuatro hijos, no tiene nada que ver con la diligencia. Y tengo una relación fluidísima, no tengo por qué negarlo, pero no tiene nada que ver con la diligencia», dijo Martínez sobre el intercambio.
El notario tendrá la oportunidad de explicar este asunto ante el juez, que ha citado igualmente como testigo al fedatario de Madrid y a dos investigados clave para analizar la verosimilitud de las versiones sobre Kitchen que vienen ofreciendo Martínez y Fernández Díaz.
García Castaño y Pino
Se trata, por un lado, de García Castaño, uno de los investigados que más detalles ha revelado sobre Kitchen, pues además de la pista sobre las actas notariales, confesó haber irrumpido en un taller que frecuentaba la mujer de Bárcenas para intentar encontrar sus discos duros.
Dijo además que consiguió recuperar unos móviles viejos del extesorero, que los volcó en un ordenador portátil comprado para el secretario de Estado con fondos reservados y que le mostró el contenido en su despacho. Martínez lo niega.
Por otro lado, el juez ha citado a Eugenio Pino, que fue director Adjunto Operativo de la Policía en aquella etapa. El exsecretario de Estado afirma que recurrió a él para pedirle información sobre Kitchen a requerimiento de Fernández Díaz y que apenas le dio algunos detalles.
De acuerdo a la batería de conversaciones del volcado de su móvil a la que tuvo acceso ABC, una vez se judicializó el asunto en 2018, le estuvo escribiendo con insistencia para averiguar detalles sobre la causa y enterarse de qué estaban declarando él y otros investigados ante el juez García Castellón. Las actuaciones estaban bajo secreto.