Manuel Valls, el difícil equilibrio para esquivar a Vox

El alcaldable barcelonés se desmarca del pacto de Cs con Vox, pero la oposición se lo reprocha

Manuel Valls, en la presentación de su candidatura en Barcelona, el pasado 13 de diciembre ORIOL CAMPUZANO

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Un juego de equilibrios que solo acaba de empezar. La precampaña a las elecciones municipales en Barcelona se avecina como una intensa batalla en la que las prioridades de la ciudad tendrán que hacerse un hueco entre debates que, quieran o no los candidatos, se centrarán en las cuestiones supramunicipales, como el nacionalismo catalán o los pactos políticos en otras esferas a nivel español. La temática externa, de hecho, ya ha llevado al alcaldable por Ciudadanos, el independiente Manuel Valls , a tener que navegar como sea entre dos mares.

Desde que lanzó su proyecto para Barcelona, el ex primer ministro francés, uno de los candidatos que parece más bien posicionado para ganar los comicios, junto a la alcaldesa Ada Colau , ha querido afianzarse en la parrilla de salida de candidatos como una opción sensata, «con un hombre de izquierdas, con principios y valores republicanos», como expuso él mismo en su lanzamiento oficial a la carrera por la alcaldía. «Con una plataforma transversal y progresista», como reiteró en su último acto público, a medianos de diciembre. Sin embargo, pese a su claro esfuerzo por alejarse de la derecha tradicional del PP, algo contra lo que Cs lleva tiempo luchando, Valls ha visto como las alianzas tras las elecciones andaluzas entre PP, Cs y Vox pueden hacer dudar a su votante potencial de sus principios progresistas.

Ante tal escenario, el candidato ha pasado las dos últimas semanas lanzando dardos envenenados contra la formación de Santiago Abascal . «Siempre es mejor perder votos, o incluso el gobierno, que traicionar las propias convicciones y los valores democráticos», llegó a espetar esta misma semana, justo horas después de que se fraguara el tripartito andaluz. Para él, la irrupción de Vox es «una mala noticia» y todo acuerdo con la formación de la ultraderecha sería «un error político y una incongruencia moral», «incompatible con los valores europeos que muchos de nosotros defendemos».

Si Manuel Valls afrontó de cara el pacto en Andalucía, lo mismo hicieron sus rivales en las elecciones barcelonesas, pero en su caso para cuestionar la línea de Valls e intentar poner entre la espada y la pared al líder del proyecto barcelonés de Ciudadanos . Para empezar, la propia Colau le animó a romper con la formación naranja si tan crítico es con el pacto de estos con Vox. Igualmente, Jaume Collboni, el líder de los socialistas en el Ayuntamiento, le pidió «coherencia» y su renuncia al cargo, mientras que Ernest Maragall, candidato de ERC, aseveró que, «quieran o no, la «V» de Valls y la de Vox son sinónimos». En el polo opuesto, Josep Bou, que encabezará la propuesta del PP en Barcelona, aplaudió el cambio en Andalucía por ser «sano, democrático y de justicia».

Líneas básicas claras

Lejos de lo que quisieran gran parte de sus rivales, el equipo de Valls duda de que el efecto Vox pueda pasar factura al proyecto. «Ha sido muy contundente sobre su posicionamiento, en Francia ya hizo una gran lucha para intentar aislar la extrema derecha del Frente Nacional», remarcan fuentes del partido a ABC, que creen que su claro mensaje contra la formación de Abascal ha ido cuajando.

En este sentido, aunque los miembros del equipo, y el propio Valls, esperan poder recolocar el modelo de ciudad en el centro de la precampaña no temen por tener que capear debates como los de el acercamiento a Vox. El mensaje contra los extremismos es claro, aseguran.

Tampoco cree que el debate pueda afectar negativamente a Valls Narciso Michavila, sociólogo y presidente de la consultora política GAD3. «Difícilmente le jugará en contra, porque en Cataluña hay poco votante potencial del PP y de Vox y sus argumentos contra la formación de Abascal se entienden» , expone a ABC. «Valls sabe que tiene mucho más espacio que ganar si va hacia el centro en lugar de ir a la derecha», remarca el experto sociólogo, que da por hecho que la participación en la cita con las urnas del próximo mayo será especialmente elevada, algo que cree que jugará a favor de las formaciones constitucionalistas como la de Valls.

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