Miguel Ángel Quintana Paz

Lo malo no fue que plagiara

¿Merece la pena hacer cosas que implican negar los mínimos intelectuales más elementales?

Manuel Cruz, presidente del Senado, ayer en la Cámara Alta EP

Miguel Ángel Quintana Paz

¿Cuándo podemos determinar que alguien ha plagiado? En música se encienden las alarmas si dos canciones comparten ocho compases seguidos. Pero en filosofía es patente que escribir una palabra, o cinco, en el mismo orden que otro no puede considerarse plagiar. Por eso son tan interesantes los plagios de Manuel Cruz : constituyen algo así como la unidad mínima de plagio posible (a partir de ahora, UMPP). Está claro que, redactando algo tan aburrido como un manual, vio cosas muy bien expresadas en dos o tres frases por filósofos mejores que él y le dio pereza reformularlas.

¿Es esto grave? Obviamente, si a la UMPP la considerásemos gravísima, ¿qué dejaríamos para quien plagia artículos o libros enteros? Seamos mesurados: los plagios de Cruz son una mancha fea, pero diminuta en el conjunto de su obra. Alguien con bonhomía lo habría reconocido: «Sí, mira, ahí me cansé y copié sin comillas. Creí que no se iba a notar. Lo siento. Lo hice mal. No volverá a pasar». En cualquier otro momento creo que Cruz habría reaccionado así. Pues Cruz es un tipo inteligente y eso es lo más inteligente

Ahora bien, como Cruz hoy ejerce un cargo político, de repente se aplica la opción por que optan los políticos que creen que sus seguidores son idiotas (no entro a si aciertan o no en este caso con los forofos del PSOE). Es decir, negar la pura y cristalina realidad. Y el resultado es el vergonzoso comunicado que emitió antes de ayer «el equipo» de Manuel Cruz. Haber plagiado una UMPP es una falta fea, pero menor. El comunicado con que trató de esquivar su responsabilidad por ello es en cambio un texto que pasará a la historia de la hediondez filosófico-política.

Sus párrafos 2 a 4 solo dicen que Cruz es muy bueno y que ha escrito mucho. ¿Y? Justo porque ha escrito mucho se ve que al hombre a veces se le acababan las ideas y plagiaba (UMPP). O quizá por eso se sentía muy poderoso y se creyó invulnerable. ¿Está diciendo que si escribes mucho vale plagiar?

Pero lo peor es su párrafo 5. Ahí es donde Cruz suelta una excusa a los suyos para que puedan decir algo a su favor, aunque eso que digan sea una completa idiotez. Es el hablar por hablar que diagnosticaron Mario Perniola y Harry Frankfurt. Bullshit. Cruz intenta hacer creer que coincide con otros porque dice cosas que todos dicen. Como si escribo que Leibniz murió en 1716. ¿Plagio por decirlo? No, es que no puedo decir otra cosa. Pues al pobre Cruz le pasó lo mismo. Cómo os ponéis.

Pero es falso. Cruz no coincide al decir obviedades («Kant era alemán», «Séneca fue estoico»). Cruz copia frases enteras no demasiado importantes, pero en que es imposible coincidir si no plagias: transcribe su forma sintáctica y su léxico. Y ni entrecomilla ni da referencia. Falta leve, pero grave no reconocerla.

Grave pretender que todo da ya igual; que aunque te pillen en algo menor puedes arrastrar a tus hinchas con un par de mentecateces; que esto sólo va de si estás conmigo o contra mí; que no hay ya ni verdad, ni mérito, ni lo correcto y lo incorrecto. La actitud que está corroyendo nuestra civilización.

Da un poco de pena Cruz no estos días, sino cuando deje de ocupar un cargo. Cómo cualquiera podrá en cualquier congreso, en cualquier conferencia confrontarle con esta actitud suya hoy de negar lo evidente, negar que existe lo correcto y lo incorrecto. Y cómo en ese momento Cruz sabrá que quien le confronta tiene toda la razón del mundo. Lo avergonzado que se sentirá por dentro, lo innoble que se sabrá , aunque por fuera tenga ensayada una reacción fácil. Me da pena. Él y tantos otros académicos que caen ahí tras entrar en política.

¿De veras os merece la pena? Unos años en el candelero, un sueldo alto, fastidiar al rival, ¿merecen hacer cosas que implican negar los mínimos intelectuales más elementales? ¿Esos que conocéis de sobra y ya siempre sabréis que traicionasteis? No os arriendo la ganancia, no os arriendo la falta de nobleza.

Miguel Ángel Quintana Paz es profesor de Ética en la Universidad Europea Miguel de Cervantes.

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