Una denuncia entre los jefes por 1,4 millones de euros activó la investigación contra la mafia del Este de armas

En uno de los barcos que fletaron, detectados por la Policía, llevaba 34 tanques, y también traficaban con kalashnikov, explosivos y munición procedentes de países de la exUnión Soviética

Momento en el que el GEO entra en la vivienda de uno de los jefes de la organización ABC

En 2018, los Mossos d'Esquadra recibieron en Barcelona una de esas denuncias que llaman poderosamente la atención. Un empresario ucraniano acusaba a un compatriota, socio suyo, de haberle quitado 1,4 millones de euros. También existían amenazas de por medio, y aquello había acabado en una escisión. Ambos llevaban años asentados en España y para nuestro país eran simplemente empresarios del sector inmobiliario . Pero el olfato de los agentes no les engañaba: merecía la pena averiguar algo más de quiénes eran los implicados.

Comenzaban así dos años de una investigación apasionante, «del siglo XXI» en palabras de las fuentes consultadas por ABC, en las que han intervenido además de la policía autonómica la Comisaría General de Información y de Policía Judicial, Europol y la Agencia Tributaria, coordinados por la Fiscalía Anticorrupción y contra el Crimen Organizado. El resultado: el encarcelamiento de tres individuos, dos ucranianos y uno letón, que desde España fletaban de forma ilegal barcos con armamento , incluidos tanques, con destino a países como Zaire, Chad, Kenia o Siria. Todos ellos tienen prohibida por la ONU la compra de material de Defensa y doble uso. Tras pasar por paraísos fiscales –Panamá, Isla de Man...– los beneficios, al menos diez millones de euros, llegaban aquí, donde se invertían en hoteles, fincas o edificios de apartamentos; en definitiva, en ladrillo.

Las operaciones se planificaban desde España, aunque los implicados hacían viajes frecuentes a Suiza, Bélgica o Francia, donde tienen parte de su entramado societario. Los buques se cargaban con material de defensa en el puerto ucraniano de Odessa: un 90 por ciento de forma legal, pero el resto no. Uno de los navíos detectados durante la investigación llevaba 34 tanques , además por supuesto de munición, kalashnikov y explosivos. «Llegaban a zonas de conflicto y vendían al mejor postor, ya fueran los gobiernos de esos países o grupos insurgentes que combaten contra ellos», precisan las fuentes, que tampoco descartan que parte del arsenal llegara a manos de Daesh.

En cuanto a la procedencia de ese material, las fuentes consultadas por ABC explican que su origen es la antigua Unión Soviética, que acumuló durante 40 años armamento. Cuando se desintegró, el armamento más anticuado quedó en manos de los países satélites de Rusia, en especial Ucrania, y grupos mafiosos vieron en ello una buena oportunidad de negocio .

La organización descabezada -a este tipo de grupos se le denomina genéricamente mafia rusa por surgir de la desintegración de la Unión Soviética, aunque en este caso al menos entre los jefes no haya individuos de esa nacionalidad- llevaba en esta actividad desde finales de los 90. Algunos de los barcos que han fletado tuvieron problemas en estos años al ser detectados con este tipo de mercancías, en concreto una vez por las autoridades griegas. Las operaciones comerciales eran desde un principio millonarias, lo mismo que los beneficios. Los implicados, además, hacían gala de su alta capacidad para el transporte internacional de armas a través del Mediterráneo.

El archivo de la trama

Los tres encarcelados dirigen la trama en España, pero las fuentes consultadas afirman que por encima de ellos hay un escalón superior. En el garaje de 90 metros cuadrados del chalé de uno de los cabecillas los policías encontraron el archivo de la trama, en soporte papel y parte deteriorado por unas inundaciones que sufrió. Además se ha intervenido abundante documentación en soporte informático, por lo que «queda un trabajo ingente por delante». Se han bloqueado 50 productos financieros y se ha detectado que manejaban decenas de cuentas, aquí y en el extranjero.

La estrategia, no obstante, está muy definida: de lo que se trata es de apuntalar los delitos por los que se les acusa en España –pertenencia a organización criminal, blanqueo de dinero y tráfico ilegal de armas– , aunque el resto de la documentación va a ser igualmente analizada porque tiene un altísimo valor para los servicios de Inteligencia, no solo de España. «Hay que determinar rutas, intercambiar información con otros países, ver quién está en la cúspide y cómo se organizaban los fletes, complicidades, identificar destinatarios y flujos económicos... Todo eso lleva mucho tiempo», insisten las fuentes consultadas.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación