Madrid y Barcelona no multan a los cientos de personas sin hogar

Ambas ciudades han habilitado casi mil plazas extra cada una pero el estado de alarma no prevé el confinamiento obligatorio

Coronavirus en España: últimas noticias y cifras del Covid-19 en nuestro país

Tres personas pernoctan junto al Teatro Real Cinema (imagen de archivo) Óscar del Pozo

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El confinamiento es obligatorio para todos los españoles, pero ¿dónde se confina a quienes viven en la calle?. No se les puede obligar. El decreto del estado de alarma no prevé esta situación de manera expresa, pese al riesgo que supone. En Madrid y Barcelona se han multiplicado las plazas para los sintecho aunque desde ambos ayuntamientos reconocen que muchos siguen en la calle. Nadie es capaz de concretar cuántos. Como las cuatro víctimas del Ensanche.  

En ninguna de las dos ciudades se está multando a estas personas, según fuentes policiales. La Policía Nacional, que desalojó a unos 80 indigentes del aeropuerto, cuando los encuentra en las calles de Madrid les informa de los recursos disponibles y los «invita» a acudir a ellos. Si se niegan, no se actúa. Tampoco se les multa, según estas fuentes que aseguran que no hay orden por escrito.

Antes del Covid-19 había 1.800 plazas en la ciudad para personas sin hogar. Se han sumado casi otras mil extra: un pabellón de Ifema (150 plazas), un polideportivo en Arganzuela (250), un hotel en Arganda del Rey y se ha prorrogado la campaña del frío (que acaba el 31 de marzo) dos meses más. Hace unos días se habilitó otro hotel para sintecho con síntomas del virus, según explican desde el Ayuntamiento madrileño. En el resto de lugares dispuestos también hay zonas de aislamiento.

La ocupación de estas cerca de 3.000 plazas es casi del cien por ciento. «Se ha producido un cierto efecto llamada -señalan fuentes del consistorio madrileño-. Personas llegadas de lugares más pequeños en busca de estos recursos. Lo sabemos porque si no están empadronadas se las empadrona con vistas a que puedan acceder a una renta mínima o a otras ayudas».

En Barcelona, desde el inicio del estado de alarma (cuando había un millar de personas viviendo en la calle) el Ayuntamiento ordenó a la Guardia Urbana que no sancionara a ningún sintecho . Los Mossos d'Esquadra tampoco lo hacen, lo que había suscitado tensiones en barrios como el Raval donde se multa a un vecino pero no a un toxicómano indigente, por ejemplo. Se pidió autorización a los juzgados de guardia para confinar en ocasiones puntuales sin resultado.

En la Ciudad Condal a las 2.200 plazas para personas sin hogar se han sumado otras 714, la mitad en dos pabellones de la Fira. Y se han abierto otros lugares más pequeños para mujeres, toxicómanos y contagiados.

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