EDITORIAL
La liberación de los reporteros en Siria
La liberación de los tres periodistas españoles secuestrados por el Frente Al Nusra ha puesto fin a un largo y tenso proceso de negociaciones y contactos con sus secuestradores
La liberación de los tres periodistas españoles secuestrados por el Frente Al Nusra, la rama siria de Al Qaida , ha puesto fin a un largo y tenso proceso de negociaciones y contactos con sus secuestradores a través de «países amigos», como los ha calificado el Gobierno. En julio pasado fueron secuestrados Antonio Pampliega, José Manuel López y Ángel Sastre en la ciudad siria de Alepo . A partir de entonces, poco o nada se supo de ellos, como un elemento más de lo que ya se sabía que iba a ser un complicado ejercicio de contactos y negociaciones. El caso de estos tres periodistas es representativo del riesgo extremo que asumen los profesionales de la información que se internan en lo que hoy es la región más peligrosa para la libertad de información. Gracias a compañeros como Pampliega, López y Sastre, las opiniones públicas occidentales pueden tomar conciencia de los desastres, violaciones de derechos humanos y crímenes contra la humanidad que se cometen en cualquier parte del planeta . Terroristas y genocidas solo admiten a la prensa como instrumento de su propaganda. Cuando ya no sirve a este fin, se transforma en su objetivo prioritario.
Es evidente que estas excelentes noticias de liberación de secuestrados – de las que España tiene antecedentes numerosos – generan la duda silenciosa sobre los compromisos que han supuesto para el Gobierno. El terrorismo es una industria que se financia de diversas maneras y los secuestros plantean dilemas morales de difícil solución. Hoy corresponde felicitarse de la vuelta a casa de los tres periodistas españoles y valorar los esfuerzos del Gobierno español por lograr este feliz resultado, que se empaña con el recuerdo de tantos otros periodistas que aún siguen secuestrados y de aquellos que han muerto o han sido asesinados vilmente por cumplir con su deber.