Lambán exprime el fiasco de la candidatura conjunta a los Juegos de invierno de 2030 a un año de las elecciones

Este proyecto olímpico era visto en Aragón como un trampolín de despegue en imagen exterior, en proyección y en infraestructuras. Ahora que ha acabado en fiasco, el Ejecutivo de Lambán trata de exprimir el fracaso como un activo frente al electorado . En Aragón, presentar agravios como arma electoral viene de lejos, y el PSOE tiene amplia experiencia en ello. El mayor ejemplo fue la utilización del proyecto de trasvase del Ebro contra el PP. Ahora, Lambán explota la imagen del resistente frente a la Generalitat. Ese papel lo lleva cultivando desde hace tiempo, al mismo tiempo que su partido gobierna España aliado a los independentistas.

Ayer, sin mención alguna a Sánchez en el fiasco olímpico, Lambán volvía a exprimir este fiasco. Las elecciones autonómicas asoman ya en el horizonte, tocan en menos de un año. «Yo no soy anticatalanista y quiero profundamente a Cataluña, solo estoy en contra de los que perjudican con sus políticas a Cataluña», dijo ayer Lambán.

El desencuentro olímpico no es nuevo, se arrastra desde hace más de un año, con repetitivas declaraciones del presidente aragonés en idéntico sentido. Ayer, más de lo mismo, pero con arreciado tono: «Aragón apuesta por unos juegos del Pirineo, entendidos como proyecto de país, de Estado, de España». Y remachó: «Cualquier cosa que se separe de esta propuesta tendrá una respuesta absolutamente contundente por nuestra parte, que llevaremos a todos los ámbitos nacionales e internacionales, porque lo que se estaría generando es un problema territorial y política muy grave ». De paso, el socialista Javier Lambán acusó a la Generalitat de tratar a Aragón «con un grado absoluto de intolerencia y desdén».