Karl Jacobi, el empresario que abroncó a Torrent: «No puedo entender ni respetar a quien no cumple la Ley»
El empresario alemán, que aseguró en público que los políticos independentistas que lideraron el 1-O y la declaración unilateral de independencia deberían ir a prisión, apunta que «Cataluña ha perdido la confianza de todo el mundo»
Karl Jacobi , empresario alemán, protagonizó uno de los momentos más tensos en el Círculo de Directivos de Habla Alemana, coloquio al que Roger Torrent acudía como invitado. Jacobi verbalizó abiertamente su descontento con la actual situación en Cataluña y afirmó que, en su opinión, los políticos independentistas responsables de la celebración del referéndum ilegal del 1-O y la declaración de independencia unilateral debían ingresar en prisión.
¿Qué le llevo a estallar del modo en que lo hizo el lunes ante el presidente del Parlament?
Es una pregunta muy breve para una respuesta muy larga pero trataré de resumirlo. Los españoles pactaron una Constitución que hay que respetar porque la civilización consiste en respetar la Ley. Yo no puedo entender ni respetar a los que no cumplen la Ley , y menos si son políticos.
Todos somos responsables de nuestros actos, pero un político tiene además una función pública por su cargo. No se trata de cuál sea su opinón personal , sino de que está actuando de forma oficial.
Usted le dijo a Roger Torrent que quería sus colegas independentistas fueran a la cárcel.
Es que la Ley hay que cumplirla, hacerla cumplir, y quien no la cumple, si es necesario, tiene que ir a la cárcel . En España, en Alemania y en todos los países libres y democráticos. Lo contrario es el caos.
Los independentistas reclaman soluciones políticas.
Los independentistas llevan 30 años mintiendo con medias verdades y medias mentiras , prometiendo soluciones gratis sin ningún coste y hojas de ruta que no van a ninguna parte. Y además, violan la Ley del modo más salvaje. Esto no son soluciones políticas. Esto es engañar a la gente y barbarie.
Dejando a un lado las cuestiones más políticas, económicamente, ¿qué ha supuesto el proceso independentista para su empresa?
Déjeme puntualizarle algo. No son cuestiones políticas, o no solamente. Son cuestiones morales . Es terrible, tremendamente inmoral que los políticos, que tienen que hacer cumplir la Ley, se la salten y encima digan que es democracia y libertad. ¿Dónde iremos a parar? ¿Cómo quiere que no esté enfadado? ¿Cómo puede ser que casi sólo yo diga que estoy enfadado, y tanta gente quiera hacer ver que no pasa nada? ¿Cómo que no pasa nada?
¿Pero económicamente, qué le ha pasado?
Pues lo que todo el mundo ha visto. La fuga de las empresas ha significado un bajón para la economía catalana. La confianza ha caído en picado : y eso afecta a la creación de riqueza, de puestos de trabajo, a las inversiones, al turismo. Absolutamente a todos los sectores de la economía. El lunes al presidente del Parlamento le dije lo que yo pensaba, que es exactamente lo mismo que piensan todos los empresarios que conozco, aunque no se atrevan a verbalizarlo.
Usted en 1982 llegó a Cataluña y creó ComVort Group Worldwide. Si en lugar de entonces hubiera llegado ahora, ¿podría crear su empresa?
Evidentemente no, porque mis clientes eran las grandes multinacionales alemanas que su sede central la tenían en Barcelona y ahora han desplazado su sede a otras ciudades de España. Además, las inversiones extranjeras en Cataluña están paradas .
¿Qué solución le ve al conflicto?
Le veo una solución tan simple como, de momento, imposible. Y se resume en mi frase preferida en español: « El trabajo bien hecho ».
Y esto ¿cómo se aplica?
Con cuatro pasos fundamentales.
Primero: Volver a la Ley , hacer cumplir la Ley, ejecutar la Ley.
Segundo: Hablar y negociar y procurar que las dos partes queden en una situación beneficiosa .
Tercero: transparencia total con los catalanes , dejarles de decir mentiras como que la independencia es posible, para mañana y gratis.
Cuarto: y aún así, necesitaremos 20 años para recuperarnos , porque hemos perdido la confianza del mundo.
¿20 años?
Sí, porque nadie quiere invertir en un país que no se sabe lo que pasará, nadie quiere ir de turista a una ciudad en la que de repente puede haber broncas con la policía, nadie quiere ir ni hacer nada si no tiene confianza. La palabra mágica es «confianza» y Cataluña ha perdido la confianza de todo el mundo.
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