Entrevista
Júlia Calvet: «Hay jóvenes constitucionalistas que no se expresan en Cataluña»
La presidenta de S'ha Acabat! y sus compañeros fueron agredidos la semana pasada en la Universidad Autónoma de Barcelona
Ocho apellidos catalanes, catalanohablante y con su bandera española de pulsera. Júlia Calvet Puig (Barcelona, 2001) es la presidenta de S'ha Acabat! (no lleva un mes en el cargo), una asociación de jóvenes –sobre todo universitarios– que planta cara al nacionalismo defendiendo los valores constitucionales en Cataluña. La semana pasada, en el campus de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), fue atacada, con sus compañeros de entidad, por una horda de independentistas que decidieron que Calvet y los de S'ha Acabat! no tenían derecho a expresarse. Su pecado: defender la unidad de España.
¿Qué pasó en la UAB?
Montamos una carpa en la plaza Cívica del campus. Lo hicimos para denunciar el intento del Govern de aparcar el castellano en las aulas e imponer el catalán...
¿Cuál es su posición en este tema?
Los estudiantes deben poder recibir las asignaturas en el idioma que quieran. El problema lo plantea el Govern porque obliga a que al menos el 80 por ciento de las asignaturas se impartan en catalán. Eso no es igualdad.
Volvamos a la plaza Cívica…
No tardaron ni quince minutos. Aparecieron radicales convocados por los chats para hacer frente a «una manifestación fascista». Nos empezamos a poner nerviosos. Llegó mucha gente con pancartas, bengalas de humo…
¿Y qué hicieron?
Nos pusimos alrededor de la carpa, porque los que llevan más años en S'ha Acabat! recordaron que lo primero que hacen, tras los insultos y las amenazas, es robarnos las banderas, el material que repartimos y destrozar la instalación. A la vez que llegaban los independentistas llegó una decena de guardias privados de la UAB. Se pusieron alrededor de la carpa, para que no nos pegaran. Pero poco a poco los separatistas fueron acercándose. Cuando estaban muy cerca, el responsable del grupo de seguridad me dijo que lo sentía mucho pero que no podía «garantizar nuestra seguridad» porque no pensaban «que iban a ser tantos».
¿Sabían que habría problemas?
Sí. Nos dijeron que les habían llamado para ese día. Pero calcularon mal.
¿Llamaron a la dirección de la UAB?
Sí. Además, se dio la casualidad de que cuando nos acabaron de rodear había dos estudiantes de S'ha Acabat! que no habían llegado aún. Les pedí que fueran al despacho del rector, Javier Lafuente, para que, por favor, diera la orden a los Mossos d'Esquadra para entrar al campus. El rector no estaba. Hablaron con la secretaria general, Esther Zapater, pero les dijo que no era competencia del rector.
¿Y los Mossos?
Les llamé como quince veces. Se quedaron a las puertas del campus, esperando a que les dieran la autorización. Luego nos dijeron que hubo agentes de los Mossos de paisano viendo el acoso y las agresiones que sufrimos, pero que no intervinieron.
Se tuvieron que aguantar...
No nos quedó otra cosa. Los independentistas empezaron a lanzarnos objetos: mecheros, plátanos… a un compañero le patearon la rodilla, a mí me rociaron con zumo. Nos lanzaron dos botes de humo. Uno prendió fuego.
¿No pensaron en irse?
Algún compañero me pidió que lo dejásemos. Pero lo tenía muy claro. No nos íbamos. Además, habíamos llegado a un punto en que estábamos en manos de los guardas y de la voluntad de los Mossos. A nosotros se unió Rafael Arenas, catedrático de Derecho en la UAB. Se unió antes del follón, pero nos dio fuerza. Fue él quien avisó a los políticos constitucionalistas.
Había pleno en el Parlament…
Arenas nos dijo que vendrían diputados a darnos apoyo. Otro motivo por el que no nos expulsarían. Eso sí, la espera se hizo larga.
Y llegaron los políticos...
Y se dispersaron la mayoría de los independentistas. Alguien dijo que estábamos avisando a diputados para hacernos la foto. Pero cuando llegó Carlos Carrizosa (Cs) algunos volvieron. Una chica nos lanzó un zumo a Carrizosa y a mí. Después, se intentó hablar con ellos. Pero nada. A los dos minutos llegó Ignacio Garriga (Vox). Y cuando se iba a ir nos preguntó si queríamos salir del campus con su seguridad. Al principio, dijimos que no. Pero, al llegar Garriga, volvieron bastantes independentistas y el ambiente se caldeó. Así que decidimos salir ayudados con su seguridad.
¿Hay libertad de expresión en los campus universitarios de Cataluña?
No. Un ejemplo: cuando pusimos la carpa se acercó un chico, vinculado a S'ha Acabat!, y nos ayudó. Pero al llegar los independentistas, me dijo que tenía que irse porque la mayoría de los que iban a liarla eran de su clase y no quería tener problemas. En otros campus, como el de la Universidad Pompeu Fabra (UPF) nos han boicoteado charlas y conferencias. Pero no nos callarán: alzamos la voz sabiendo que no gustaremos a todo el mundo.
¿Por qué es necesario S'ha Acabat!?
Precisamente por lo comentado antes. Hay muchos jóvenes que no pueden expresar sus ideas en Cataluña, si estas son constitucionalistas porque creen que compañeros de clase o conocidos les dejarán de lado, les criticarán o igual les insultan. Incluso les pueden amenazar. Es importante unirse, cooperar y hacer grupo. Nos juntamos para ser coherentes en la defensa de que Cataluña es parte importante de España.
¿Qué les dice a los que les llaman «fascistas»?
Lo primero de todo es un ignorante. Algunos utilizan palabras que no saben lo que significan. Mi bisabuelo lo resume: «Esta juventud no sabe lo que es el fascismo». Y segundo, si estudiaran un poco verían que son fascistas los que no dejan expresar al que piensa diferente. Me gustaría que lo que nos pasó no se vuelva a repetir.
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