A juicio la trama que vendió carne de caballo con melanoma a 1,50 euros el kilo
La Audiencia Nacional propone juzgar a once personas por el mayor fraude alimentario con equinos detectado en España
Entre los procesados se encuentra un holandés ya condenado en Francia por una derivada del caso ‘Horsegate’
Carne de caballo con cáncer a 1,5 euros el kilo. Ese fue el precio en una de las transacciones. Y eso que al final solo pudieron aprovechar el 20% de la pieza porque en el resto se veían los nódulos negros de la metástasis que tenía el animal, como apuntaban las fotos que intercambiaron entre ellos. Ese 20% acabó procesado y distribuido para consumo humano desde España hacia países como Bélgica e Italia. El análisis que practicó un laboratorio de la Universidad Complutense de Madrid con una de las muestras intervenidas no daba mucho margen a la duda: «Melanoma maligno». No era apta para acabar en un plato.
Es una de las conductas que describe el auto de la juez de la Audiencia Nacional María Tardón que, a instancias de la Fiscalía, ha puesto fin a la investigación del mayor fraude con carne de caballo que se ha interceptado en España. La resolución, a la que ha tenido acceso ABC, propone juzgar a un total de once personas vinculadas bien con dos mataderos de León donde se sacrificaban los animales y se habría falseado su documentación, bien con la distribución del producto resultante. Entre ellos, un holandés condenado en Francia por fraude alimentario.
La mecánica, de acuerdo a los indicios recopilados por la Guardia Civil durante los más de cuatro años de investigación, era sencilla. Un ‘entrador’ proveía de caballos, a veces comprados en Portugal, a los mataderos a sabiendas de que no eran aptos para consumo humano y con la ventaja de que, precisamente por eso, eran baratos.
Una vez allí, se disfrazaba la identidad del caballo con tretas como reutilizar los chips de animales muertos de cuyo sacrificio no se había dado cuenta a las autoridades. Después llegaba la empresa del holandés y compraba la carne, presuntamente, a sabiendas de lo que le estaban vendiendo. Por el camino, el margen económico que permitía la transacción, porque el precio de la carne que sí está destinada a los consumidores es mucho más alto.
«Para poder cuadrar las cuentas de las sociedades y camuflar el estado real de las mismas se realizaron facturaciones ficticias con el objeto de cuadrar IVA, gastos no existentes de las empresas, ingresos de unas a otras, ocultando la actividad en unos casos y sobrevalorándola en otras. De esta manera se camuflaba el gran número de sacrificios o manufacturas de carne para evitar que pudiera ser investigado, manejando siempre dinero en metálico », relata la juez Tardón.
Fármacos nocivos, listeria
Porque sí, de acuerdo al auto de procesamiento, en esos mataderos morían más animales de los que constaban, igual que nacían muchos menos de los que sí se hacían figurar . Solo tuvo que entrar la Guardia Civil y anotar el número de yeguas para ver que las cuentas no salían, conforme apunta la resolución.
Los agentes recogieron más muestras de las líneas de carne que almacenaban cuando en 2017 hicieron las entradas y registros en los mataderos y la nave donde se preparaba la distribución, no solo la que tenía melanomas. Los laboratorios devolvieron restos de fármacos incompatibles por dañinos con el consumo humano -uno de ellos era cancerígeno-. En Bélgica se siguió el rastro de uno de los lotes y apareció listeria . En Italia, por lo mismo, se encontró un antiinflamatorio en la carne de caballo «netamente peligroso» para las personas.
La investigación, que arrancó en un juzgado de Ponferrada y saltó por su alcance a la Audiencia Nacional, se ha seguido por organización criminal y en ella se concede un papel relevante a J. Fernández, a quien ayudaban otros dos individuos en calidad de ‘entradores’ del ganado en mal estado en los mataderos de León señalados en la causa, uno en Astorga y otro en Toreno. Los sacaban de Portugal o de otros ‘entradores’ y ganaderos con gran beneficio económico, de acuerdo a las conclusiones de la investigación. Pero, según expone el auto, era Fernández quien «gestionaba directamente el sacrificio de los animales, dando indicaciones a los mataderos de cómo y cuándo proceder y la forma de crear documentación falsa ».
En su casa se intervinieron 158 pasaportes de caballos, 114 de ellos expedidos a animales no aptos para consumo humano y otros 10, de equinos que se habían introducido en España sin permiso. Cinco de los no aptos habían sido ya sacrificados sin control veterinario en el matadero de Toreno, donde ningún facultativo ha acabado procesado, como sí lo están sus dos gestores. Del de Astorga, consta un veterinario al que se propone juzgar , igual que el matrimonio administrador.
En cuanto a la distribución de los productos cárnicos procedentes de estos dos mataderos y que eran destinados al consumidor final se habría realizado por P. Grima y Johannes Fasen, que era su jefe. Utilizaban la empresa Codelta 91 de la que el gerente, D.P., también está procesado. Grima adquiría «al menos desde diciembre de 2016, equinos procedentes del matadero de Astorga y de Fernández, que sacrificaba habitualmente en el de Toreno», dice el auto.
El precedente del 'Horsegate'
La juez ha llegado a la conclusión de que Fasen estableció «una línea de comercio conjunta» con los dos mataderos leoneses «aceptando todo tipo de carne de caballo independientemente de cómo se encontrara la misma para posteriormente introducirla en el mercado para consumo humano». De Astorga y Toreno la carne iba a una nave en un pueblo de Toledo, donde se procesaba y distribuía en la UE. A él, junto a Grima, se les atribuye la compra a Fernández por euro y medio el kilo de la mencionada carne con melanomas.
Johannes Fasen fue detenido en julio de 2017 por la Guardia Civil en Calpe (Alicante), donde residía, en el contexto de esta operación, bautizada en su día como ‘Gazel’. Quedó a disposición del Juzgado Central de Instrucción número 3 de la Audiencia Nacional, que gobierna el asunto desde que en julio de 2018 el Tribunal Supremo dijo que era de su competencia. Pero por el camino, este holandés fue condenado en Francia a dos años de cárcel por fraude alimentario en una derivada del ‘Horsegate’, la macrocausa que nació en Reino Unido por la venta de productos precocinados que diciendo ser de ternera, lo que llevaban era carne de caballo vendida por una gran cárnica francesa.
Lo que solicitaba Francia es que España le entregase para cumplir allí su condena, pero finalmente él pidió poder acatar la sentencia en territorio nacional, a lo que ni la instructora ni la Fiscalía se opusieron. Ahora, está procesado en este asunto que se sigue por delitos de grupo criminal, contra la salud pública y de falsedad documental y, según las fuentes jurídicas consultadas por ABC, viene defendiendo su inocencia.
Él, como el resto de los investigados, de los que varios han recurrido ya el procesamiento, sostiene que nada sabían . Unos, que la carne estaba en mal estado y otros, que se iba a destinar a consumo humano. De los dos mataderos de León salía también materia para fabricación de piensos y zoológicos, pero la causa se centra en el rastro que llevó hasta Bélgica e Italia, al lineal de los supermercados .