El juez que requisó los móviles a dos periodistas será juzgado a partir del 27 de febrero

El ya exmagistrado Miquel Florit, antiguo instructor del caso Cursach, se sentará en el banquillo como presunto autor de los delitos de prevaricación, contra la inviolabilidad del domicilio, contra el ejercicio del derecho al secreto profesional y de interceptación ilegal de comunicaciones

Miquel Florit, en una imagen de archivo ABC

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La Sala Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de las Islas Baleares (TSJIB) ha anunciado este jueves que el juicio previsto contra el antiguo instructor del caso Cursach, el juez Miquel Florit , en el marco del llamado caso móviles se iniciará el próximo 27 de febrero.

Florit había sido el magistrado que a finales de 2018 ordenó el requisamiento de los teléfonos móviles de dos periodistas que habían estado cubriendo informativamente el caso Cursach, después de que hubieran aparecido en la prensa diversas informaciones reservadas. Esa decisión fue denunciada en su momento por los propios afectados y por los medios en que trabajan. Finalmente, el hoy ya juez jubilado Florit será juzgado ahora como presunto autor de los delitos de prevaricación judicial, contra la inviolabilidad del domicilio, contra el ejercicio del derecho al secreto profesional y de interceptación ilegal de comunicaciones.

Cabe recordar que en el caso Cursach se investiga, esencialmente, la existencia de una supuesta trama de corrupción policial , política y empresarial, cuyo presunto impulsor sería el magnate mallorquín Tolo Cursach, quien durante décadas fue el principal empresario del sector del ocio nocturno de Baleares. La clave de la citada supuesta trama estaría en que, presuntamente, Cursach habría contado durante años con la «protección» de policías, cargos políticos y funcionarios, que habrían favorecido sus negocios y habrían perjudicado a los de la competencia a cambio de dádivas y regalos. Por su parte, Cursach siempre ha negado la existencia de esa posible trama.

Un largo proceso

La instrucción de lo que hoy se conoce genéricamente como el caso Cursach fue iniciada hace algo más de un lustro por la juez Carmen González, que dejó la causa por un cambio de destino. Seguidamente, pasaron a ocuparse del caso el juez Manuel Penalva y el fiscal Miguel Ángel Subirán. Con posterioridad, en marzo de 2018, el juez Penalva sería apartado de la causa por la Audiencia Provincial de Palma por «pérdida de apariencia de imparcialidad». El sustituto de Penalva al frente de la instrucción del caso Cursach pasó a ser el ya citado juez Florit, quien se hizo cargo de las diversas piezas separadas de dicho caso que entonces estaban ya en marcha.

Una vez asumida ya la instrucción del caso Cursach, Florit decidió hace dos años abrir otra pieza separada, que, en un giro inesperado de los hechos, es la que finalmente ha conducido al propio magistrado a sentarse ahora en el banquillo. Cabe recordar que Florit había abierto esa nueva pieza separada para indagar acerca de las presuntas filtraciones periodísticas que se venían produciendo desde hacía tiempo en el marco del caso Cursach. Dicha pieza separada fue abierta por Florit a raíz de la denuncia previa presentada en el verano de 2018 por el propio Cursach tras la publicación en los medios de comunicación de diversas informaciones reservadas.

Una de las decisiones tomadas por el juez Florit una vez que decidió abrir esa pieza separada fue ordenar el 11 de diciembre de 2018 la incautación de los móviles del periodista de «Diario de Mallorca» José Francisco Mestre y de la redactora de Europa Press en Palma Blanca Pou. El magistrado devolvió los móviles a Mestre y a Pou el 4 de enero de 2019, certificando que dichos teléfonos no habían sido finalmente abiertos y que sus contenidos tampoco habían sido examinados. Aun así, ya en diciembre de 2018 «Diario de Mallorca» y Europa Press habían presentado una querella contra Florit. Poco después, se personó también la Agencia Efe como parte igualmente perjudicada.

Posteriormente, en abril del pasado año, Florit compareció ante el TSJIB en calidad de imputado, negando haber vulnerado el secreto profesional de los periodistas. Por último, el pasado mes de septiembre la juez del TSJIB Felisa Vidal decidió que Florit debería sentarse finalmente en el banquillo. En ese contexto, Florit solicitó el pasado año al Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) que tramitase su jubilación anticipada, petición que le fue concedida.

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