La juez autoriza el fin de la búsqueda de Tomás Gimeno y Anna

Los técnicos del Ángeles Alvariño, que ya ha abandonado aguas canarias, y la Guardia Civil concluyen que el «terreno es técnicamente inaccesible»

Se teme que el cuerpo del asesino haya caído a una zona «fuera de la capacidad de búsqueda»

El buque Ángeles Alvariño Vídeo: La juez autoriza el fin del trabajo del Ángeles Alvariño en la búsqueda de Anna y Olivia en Tenerife

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La juez que investiga el asesinato de Olivia y Anna a manos de su padre en Tenerife autorizará en los próximos días el fin de las operaciones de rastreo del buque oceanográfico Ángeles Alvariño , que según confirma el TSJC ya ha abandonado aguas canarias, en busca de los cuerpos del presunto asesino Tomás Gimeno y su hija Anna, al llegar a la conclusión, tanto la instructora como el responsable de operaciones de la embarcación, de que es «imposible» continuar con el rastreo ante lo escarpado del terreno submarino.

La magistrada titular del Juzgado de Violencia sobre la Mujer número dos de Santa Cruz de Tenerife, órgano competente para la investigación del caso, ha tomado hoy esta decisión, tras haber recibido un informe del responsable de operaciones del barco que califica de «completamente inabordable» la exploración en la zona en donde hipotéticamente podrían localizarse nuevos resultados, según ha informado el TSJC.

Las conclusiones del peritaje técnico que han llevado a la decisión de la instructora explican cómo ha sido la intensa búsqueda durante un largo y agónico mes. Respecto al último hallazgo, dos biberones de buceo, que dan un suministro de aire muy limitado, por lo que se cree que Gimeno los usó para alcanzar la profundidad necesaria sin vuelta atrás al suicidarse, se establecieron líneas de búsqueda separadas cinco metros para poder tener la certeza de que en la zona no quedó ningún objeto, por pequeño que fuera. Se buscó también por si aparecía el cinturón de plomos lo que confirmaría que quedó a la deriva, pero no pudo hallarse.

Líneas de exploración y zona de búsqueda en la parada 5. La línea central marca la deriva de la embarcación. Las dos estrellas rojas marcan los puntos de localización de los biberones de buceo, a partir de estos se amplió la zona de búsqueda y se trazaron líneas a 5m

Dadas las corrientes en el fondo, no se puede asegurar que un cuerpo lastrado con un cinturón de buceo no se desplazaría rodando pudiendo llegar a un lugar no determinado y, por tanto, fuera de la capacidad de búsqueda de que disponemos, indican los técnicos.

Búsqueda sobre la línea de deriva

Fue la última pista, de ahí que se siguiera buscando sobre la línea de deriva. «Se han realizado 35 líneas perpendiculares a la misma con una separación de 20 metros. Esto se correspondería con un deriva de 35 minutos pudiéndose asegurar al 100 % que el cuerpo no se encuentra en esta zona». Ya se han cubierto 700 metros de la deriva.

A partir de este punto el fondo cambia considerablemente pasando de ser una zona idónea para la búsqueda a todo lo contrario. Se convierte en una zona muy escarpada con gran cantidad de barrancos y grietas, señala el peritaje.

Orografía del terreno que hace que la búsqueda sea bastante menos eficaz

Trazaron líneas longitudinales con la misma trayectoria que la deriva para avanzar, pero aun asíen dos ocasiones se produjeron enganches serios del umbilical con las rocas del fondo. En una ocasión tardaron casi una hora para poder liberarse. «Es una zona crítica para poder operar el vehículo submarino por el altísimo riesgo de pérdida del mismo».

Y no solo la peligrosidad para el Liropus. La orografía -dicen- hace que la búsqueda sea bastante menos eficaz pues por la cantidad de grietas y barrancos y la profundidad de los mismos, en ocasiones de centenares de metros, «no nos permiten asegurar en absoluto que en las zonas ya miradas no esté el cuerpo de Tomás o algún otro objeto procedente de la embarcación. Básicamente se complica mucho la misma al pasarse de trabajar en dos dimensiones y sobre una superficie definida, a trabajar en tres y en condiciones muy difíciles».

Una vez pasados los primeros minutos tras la parada del motor, que si que se considera un punto donde pudiera haber saltado al mar, en el resto de la deriva existen las mismas probabilidades en cualquiera de sus puntos, siendo esta además muy baja. Lo más probable es que saltara en la zona de aparición de los biberones y posteriormente lo arrastrase la corriente, añaden.

La longitud de la deriva se estima en 14 km y el avance de exploración del rov sería de una línea perpendicular por hora en las mejores zonas, lo que equivale a 20 metros de avance por hora.

«La exploración de los 14 km de deriva con este método es completamente inabordable. Si bien para buscar en zonas más localizadas el rov es la herramienta ideal, no lo es cuando se trata de zonas muy amplias y tan poco delimitadas».

Como consecuencia del anterior informe, y tras entrevista personal con el responsable de operaciones del buque y con los responsables policiales de la investigación, se ha llegado a una conclusión unánime, que es la imposibilidad de continuar con la labores de búsqueda.

Por ello, la magistrada instructora dictará en los próximos días una resolución por la que autorizará al buque Ángeles Alvariño al cese de las actuales operaciones.

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