Curri Valenzuela

Los jueves al sol del Gobierno

El Gobierno pasa un mal trago cada martes, cuando se votan en el Congreso las propuestas no de Ley, pero se repone dos días después cuando se convalidan los decretos leyes aprobados en Consejo de Ministros. En esto consiste por ahora la XII Legislatura, la más extraña de nuestra democracia, que Mariano Rajoy sobrelleva a base de poner cara de póker cuando la oposición se une para rechazar las grandes leyes que aprobó cuando disponía de mayoría absoluta a sabiendas de que a la hora de la verdad el PSOE le apoya para mantenerse en el poder. Por ahora.

«Los jueves nos dan lo que los martes nos quitan», confiesa un directo colaborador del presidente. El martes pasado el Pleno del Congreso aprobó la anulación de la Reforma Laboral de 2012 con el voto a favor de toda la oposición menos la abstención de Ciudadanos. Era un brindis al sol con el que los socialistas disfrazaban el acuerdo de hecho que mantienen con los populares y los de Ciudadanos mostraban su desencanto porque Rajoy cuente con ellos menos de lo que esperaban. Fue la gran noticia del día, como en semanas anteriores se recogieron las derrotas de la Lomce y la Ley de Seguridad Ciudadana, trámites ambos sin fuerza legal.

«A ver si mañana sacáis los titulares sobre lo que vamos a votar ahora tan grandes como los de ayer», bromeaba el jueves el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, a punto de entrar en el hemiciclo. Se votó el techo de gasto y la subida de impuestos como proyecto de Ley de convalidación de los decretos leyes aprobados por el Gobierno en el Consejo del viernes anterior. Con el sí de PP y de PSOE hubo mayoría más que sobrada. Las dos normas ya han sido publicadas en el BOE y entrado en vigor.

Por muy resignados que estén en Moncloa a gobernar con estos vaivenes en el Gobierno persiste la preocupación por tener que mantenerse en esta situación tan precaria. Los votos de Ciudadanos no bastan para alcanzar la mayoría, aparte de que los recelos mutuos entre ambas formaciones van en aumento. El apoyo del PNV no se sustanciará hasta que se negocie un nuevo cupo. El del PSOE al techo de gasto a cambio de elevar el salario mínimo tiene que renegociarse para los Presupuestos. De ahí el aviso de Rajoy de prepararse para nuevas elecciones, que «no iba dirigido al PP –dice un ministro- sino al PSOE; era el primer capítulo de la nueva negociación».

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