Juan Fernández-Miranda
Feijóo, hacia La Moncloa desde la periferia
El congreso de Sevilla consolida un liderazgo fuerte que enraíza con el PP de la refundación de 1990: el nuevo presidente ha generado ilusión en un partido necesitado de autoestima
José María Aznar le dijo a Pablo Casado muchas veces, en público y en privado, que dirigiera el partido sin dejarse influir por los demás, sin someterse a las presiones de Ciudadanos o de Vox, sin dar bandazos. No le hizo caso, o no supo hacerlo, y el casadismo acabó encallando, tal vez demasiado pronto. Su sucesor, Alberto Núñez Feijóo, representa a la perfección una forma de hacer política que enlaza directamente con ese consejo de Aznar: el rumbo de su proyecto político está marcado por su trayectoria, no es persona que se deje influir y tiene muy claro su plan: « No soy nuevo, ni desconocido, ni una incógnita ».
Desde el punto de vista orgánico, su PP de Feijóo nace de un pacto con Juanma Moreno y se estructurará sobre el peso de sus barones y la autonomía de quienes representan un valor para el partido. Su plan es dar espacio a todos y seguir la idea en la que ayer coincidieron Aznar y Rajoy: convertir las distintas sensibilidades ideológicas y territoriales que confluyen en el PP no en un problema, sino en una oportunidad. Feijóo es Feijóo, Moreno es Moreno y Ayuso es Ayuso, pero «aquí cabemos todos»: entendimiento interno para ensanchar el partido.
El modelo que representa Feijóo llega a Madrid desde la periferia ( «soy un español de Galicia» ), aquella en la que el PP es fuerte con un mensaje que busca ser diverso como España y que podrá calar allá donde el PP es un partido inane y antipático: País Vasco y Cataluña. En esta clave adquiere sentido sus frases en gallego y esa idea que ayer bautizó como el «bilingüismo cordial». Pero Feijóo insiste: «No somos un partido confederal, somos un partido nacional». Y por eso en su discurso ha defendido la Constitución, la Monarquía, el himno, la libertad de empresa, el diálogo social.
Feijóo asume una gran responsabilidad. Es cierto que ha generado una gran ilusión en el PP y que el congreso de Sevilla ha sido un éxito en clave interna. La frase que mejor
representa su talante es esta: «No vengo a insultar al presidente del Gobierno, vengo a ganarle». Su tiempo ya ha comenzado, pero su trayectoria viene de lejos, y eso es hoy una novedad en el PP que estaba necesitado de autoestima.
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