ANÁLISIS
Asfixia o intoxicación
La clave de la investigación no está en qué se encuentra, sino en por qué se ha originado
Este terrible e impactante desenlace pone en primera línea de la investigación judicial a un término común en nuestra especialidad: el edema agudo de pulmón. Básicamente, el edema pulmonar consiste en el acúmulo de líquido en los pulmones, concretamente en zonas que deben estar ocupadas por el aire (alveolos, bronquiolos, bronquios). Esto impide que llegue el oxígeno y es causa de muerte.
Pero la clave de la investigación no está en qué se encuentra, sino en por qué se ha originado, en saber cuál es la causa por la que los pulmones de la menor estaban edematosos. Se descarta la muerte por sumersión, aspecto importante en un cuerpo encontrado en el agua; en ambos casos, el espacio aéreo es ocupado por un líquido, pero en la sumersión el líquido viene de fuera, mientras que en el edema procede de la sangre, de donde se extravasa, sale de venas y arterias y ocupa el espacio aéreo.
El gran problema forense es que un edema es tan inespecífico en una autopsia como lo puede ser la fiebre en un enfermo: indica algo anormal, pero hay que ver la etiología. Entre las causas, descartadas enfermedades impropias de una niña tan pequeña, hay que considerar las asfixias (sofocación y confinamiento en particular), y las intoxicaciones por diversas sustancias, incluidas drogas de abuso, algunos gases y medicamentos como las benzodiazepinas y los barbitúricos en altas dosis o en combinaciones no terapéuticas. Todo lo que provoque fallos cardiacos y pulmonares de modo directo o por depresión del sistema nervioso central puede, de modo más o menos evidente, ocasionarlo.
Tengo absoluta confianza en que los grandes profesionales del INTCF consigan encontrar restos de tóxicos, si es que los hubo, y tratar de saber más y cerrar certeramente este terrible drama lo antes posible.
José Antonio Lorente Acosta es catedrático de Medicina Forense en la universidad de granada