ENTREVISTA CON EL EXEMBAJADOR EN MARRUECOS

Jorge Dezcallar: «Marruecos nunca va a renunciar a su reivindicación de Ceuta y Melilla»

«España se alinea con Donald Trump... se podría decir aunque suene raro», dice sobre el giro de Sánchez

Jorge Dezcallar, en una imagen de archivo en Sevilla el pasado mes de diciembre ROCÍO RUZ

Esteban Villarejo

Jorge Dezcallar de Mazarredo (Palma, 1945) es uno de los diplomáticos más destacados de la reciente historia española. Fue embajador en Marruecos (1997-2001), la Santa Sede (2004-2006) y Estados Unidos (2008-2012). Además pilotó desde sus respectivas direcciones la transformación del Cesid al CNI entre 2001 y 2004, con un final marcado por los atentados del 11-M.

Tras escribir tres libros sobre el mundo diplomático, el espionaje, Irán o una novela, se ha lanzado ahora a plasmar su visión de la geopolítica con ‘Abrazar el mundo’. (Ed. Esfera de los Libros) .

Centramos la conversación sobre el particular terremoto geopolítico español tras el cambio de posición del Gobierno respecto al Sahara Occidental.

-¿Qué opina del cambio de posición del Gobierno respecto al Sahara?

-Nunca va a haber un referéndum en el Sahara y llevamos 47 años sin ponerse de acuerdo las partes. Marruecos piensa que es muy generoso ofreciendo la autonomía. Hay un grupo de saharauis que se llama el Movimiento Saharauis por la Paz, que aceptan esa línea y que están dispuestos a trabajar por ello. Otros no, evidentemente. Pero cuando un gobierno cambia una postura como la de España durante estos 47 años, que está respaldada por la legalidad internacional, que goza del consenso de todas las fuerzas políticas del país en un asunto que no solo es de política internacional sino también de política interna, creo que es algo que hay que explicarlo muy bien. No digo que no se pueda hacer, pero sí hay que explicarlo muy bien. Máxime si uno se separa de la legalidad internacional. Y el Gobierno no lo ha explicado. No solo no lo ha explicado sino que está en flagrante contradicción con el programa electoral del PSOE.

-«Sólido, realista y creíble». Con estos tres adjetivos define el presidente Sánchez el plan de autonomía marroquí, según hemos conocido por parte del Gobierno marroquí. Son los mismos adjetivos que Trump empleó para reconocer esa soberanía marroquí sobre el Sahara. ¿Cree que EE.UU. es el gran valedor de este giro de timón?

-EE.UU. sin duda ha removido el avispero regional con los acuerdos de Abraham: llevó a Marruecos a reconocer al Estado de Israel y a cambio le dio el regalo que más podía desear, el reconocimiento de la soberanía sobre el Sahara. A partir de ahí, Marruecos se siente envalentonado, se siente respaldado. Francia ha apoyado siempre el plan de autonomía. Pero nosotros tenemos responsabilidades diferentes. Somos potencia administradora del territorio, de acuerdo con las Naciones Unidas. Salimos de allí en circunstancias muy difíciles en 1975. La responsabilidad de España en el territorio y con los saharauis es diferente a la que tiene Francia. ¿Nos alineamos ahora con la línea establecida por EE.UU.? De hecho reconocemos la soberanía porque si aceptamos una autonomía estamos reconociendo la soberanía. Es decir, vamos de hecho a la posición que ha respaldado Donald Trump. Sí, España se alinea con Donald Trump... se podría decir aunque suene raro.

Portada de 'Abrazar el mundo' ABC

-Luego tenemos la geopolítica del gas. ¿Argelia se contentará con ese negocio más allá de su apoyo al Polisario?

-Argelia no puede prescindir de vender gas porque el gas es de lo que come. Y el petróleo. El 60 por ciento de sus ingresos vienen de ahí. No tiene muchos más sitios donde vender tampoco y aquí hay un gasoducto que permite sacarlo con mucha facilidad. Pero Argelia está muy molesta. Argelia está muy enfadada, pero no sé cómo va a reaccionar. Habrá que esperar. Ha habido contradicciones en el Gobierno, primero dijeron que habían advertido a Argelia y luego han dicho que no le habían avisado. En todo caso, a Argelia no le ha gustado.

-Llamar a consultas a un embajador, como hizo Argelia el sábado, es el inicio de una crisis diplomática...

-Ha mostrado su desagrado. Pero cuando uno retira un embajador tiene que acabar devolviéndolo, ¿verdad? Y tiene que explicar luego por qué lo devuelve. No cabe duda que Marruecos proyecta una imagen de que nos ha ganado un pulso bilateral. Marruecos es un país que exige ser tratado con mucho respeto porque es un vecino con el que queremos tener una buena relación, pero hay que tratarle también con firmeza. La sensación de debilidad en Marruecos se interpreta mal.

-¿Debemos preocuparnos por Ceuta y Melilla?

-Marruecos nunca va a renunciar a su reivindicación de Ceuta y Melilla. Lo que puede es poner el freno durante un tiempo a esa reivindicación. Y parece que eso es lo que espera el Gobierno que Marruecos haga ahora. ¿Por cuánto tiempo? Lo ignoro, pero Marruecos nunca va a renunciar a su reivindicación, igual que nosotros tampoco vamos a renunciar a nuestra soberanía. Yo creo que los países adultos y que quieren tener una buena relación tienen que aprender a vivir con las diferencias. Y esta es una diferencia muy importante que tenemos.

«Sí sería deseable que la cobertura de la OTAN se proyectara sobre todo el territorio nacional y Ceuta y Melilla forman parte del territorio nacional»

-Aprovechando que hay una Cumbre de la OTAN en Madrid (29-30 de junio), ¿sería buen momento para que España presione y el artículo 5 de la OTAN -de defensa colectiva- sea también aplicable a Ceuta y Melilla?

-Sí sería deseable que la cobertura de la OTAN se proyectara sobre todo el territorio nacional y Ceuta y Melilla forman parte del territorio nacional.

-Fue director del CNI durante el atentado del 11-M. ¿Cambió nuestra forma de ver la política exterior?

-No, no creo que aquello tuviera nada que ver con la política exterior. Aquello tuvo que ver con un enemigo dispuesto a atacarnos en nuestra casa, que hasta entonces no lo había hecho. Como no lo hizo hasta 2001 en EE.UU. o 2007 en Londres. Lo que hizo el 11-M fue acelerar la colaboración entre servicios de inteligencia y Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado de distintos países.

-¿Cómo fue la relación con los servicios secretos marroquíes?

-Los servicios marroquíes se portaron bien. El terrorismo islamista es enemigo aquí y es enemigo de Marruecos. Ahí no hay ninguna duda. Tengo que decir que en aquella época tuve la colaboración de los servicios marroquíes, como la tuve cuando hubo los atentados terribles de Casablanca en el año 2003. No, no, no hay duda. Esas cosas que dicen... es mentira. Los servicios de inteligencia marroquíes luchan contra el terrorismo como luchan contra el terrorismo los servicios de inteligencia españoles, los británicos o los franceses.

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