Un jefe de la Policía contraataca a los Mossos y enmienda a Trapero
Denuncia que solo en Barcelona la policía autonómica les hizo 271 vigilancias
El Juicio del Procés en directo
Contrataque de un mando de la Policía Nacional contra los Mossos d’Esquadra. El comisario jefe de información de la Jefatura superior de Policía de Cataluña, Juan Manuel Quintela, ha denunciado este martes todos los obstáculos del cuerpo autonómico contra la labor policial en la recta final del plan secesionista ilegal, en el otoño caliente de 2017. El diagnóstico dibujado por el jefe policial -espionaje y seguimiento a los agentes, entorpecimiento físico y pasividad de los Mossos- supone una enmienda a la totalidad de las explicaciones del mayor Josep Lluís Trapero, que defendió el rol de los Mossos en su declaración testifical en el juicio.
Siempre en el centro del debate, la sombra de Trapero -que será juzgado en otro proceso por estos hechos en la Audiencia Nacional, a la vuelta del verano- volverá a planear mañana sobre la vista oral con la declaración de su ex número dos, el comisario de los Mossos Ferrán López , quien dirigió el rumbo de la policía catalana durante la aplicación del 155.
En su comparecencia como testigo, el comisario jefe de Información ha puesto al descubierto las lagunas en el operativo diseñado por los Mossos para impedir el referéndum ilegal del 1 de octubre, un paso necesario en el plan secesionista ilegal juzgado en el salón de plenos del Tribunal Supremo.
Rebatió la principal coartada de Trapero, que defendió el plan de actuación de los Mossos como una parte dentro de un todo, un apartado más dentro del operativo conjunto de todas las policías, para extender la responsabilidad más allá de lo que él atañía. Una cuestión controvertida que resolverá la Justicia. Quintela alegó que no se planificó una actuación conjunta porque las órdenes judiciales otorgaban ese encargo en exclusiva a los Mossos, con la Policía Nacional y la Guardia Civil preparadas por si hacía falta actuar como apoyo. Si el operativo de los Mossos era insuficiente, entonces sí debían actuar de forma autonóma contra el 1-O , dijo el comisario.
Absoluta pasividad en los días previos, durante la ocupación de los centros; un « absolutamente insuficiente» binomio de mossos por centro; y seguimientos y control a los agentes en sus movimientos en el referéndum ilegal marcaron la actuación de la policía autonómica, según Quintela, e hicieron precisa la intervención de los 6.000 agentes desplegados desde Madrid, cuyo actuación se precipitó a primera hora del 1-O.
Durante su declaración, Quintela señaló que en el cuerpo de los Mossos hay «grandes profesionales» que habrían querido impedir el referéndum ilegal», pero «lamentablemente» sus superiores no les dejaron. Solo así se puede explicar, según el comisario, que una patrulla de Mossos no recibiera apoyo de sus compañeros cuando eran acorralados en una incautación de urnas. O que los binomios desplegados en los centros de votación se retiraran a un lado cuando llegaban las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. También la actuación de aquel mosso que, con los brazos en cruz, se interpuso a las puertas de un centro de votación entre la masa y los policías nacionales, al grito de «¡Dejadles votar!».
Código secreto
El testigo desveló que tres días antes del 1-O , el entonces jefe de la comisaría general de información de los Mossos, Manuel Castellvi , le transmitió su preocupación por los posibles incidentes. «Yo le dije: si quieres que la cosa vaya bien habla con tu consejero y díle lo que tiene que hacer», en referencia a que solo la desconvocatoria del referéndum ilegal garantizaría la ausencia de enfrentamientos. Castellví declaró en el juicio al «procés» que la cúpula de los Mossos alertó al Govern (Carles Puigdemont, Oriol Junqueras y Joaquim Forn) del previsible riesgo de violencia si seguían adelante, un mensaje que ratificó el mayor Trapero.
A juicio del comisario, además, el mandato que tenían las fuerzas de seguridad era «impedir» el 1-O, sin que el principio de actuación de mantener la convivencia alterase «el objetivo prioritario». Criticó que las unidades de antidisturbios de los Mossos fueron relegadas a «una clarísima infrautilización» y que el análisis posterior del cuerpo autonómico dio por cerrados colegios de municipios pequeños en los que se permitió la votación.
Al denunciar el espionaje, Quintela desveló que los Mossos dieron 271 avisos con la ubicación de los policías y guardias civiles en la ciudad de Barcelona, según las escuchas de las comunicaciones del CECOR, el centro de coordinación del cuerpo autonómico. «Clave 21» era el código que empleaban para comunicarse por teléfono y evitar los canales abiertos, explicó el testigo.
También abordó la ocupación previa de los colegios, un subterfugio para impedir que fueran cerrados. « El referéndum se empezó a ejecutar los días 29 y 30 con la ocupación de los colegios . Eso formaba parte de los actos de preparación. Pretendían tenerlos ocupados para no tener problemas para abrirlos, dar entrada a los participantes, constituir las mesas… en definitiva, para ponerlo en marcha. Se llevaron a cabo actuaciones encubiertas: chocolatadas, fiestas de pijamas…».
Tras la declaración de Quintela, siste agentes de la Guardia Civil relataron ante el tribunal diversos incidentes enmarcados en la campaña de acoso y hostigamiento a las fuerzas de seguridad del Estado, algunos protagonizados por los propios mossos. Fue el caso de seis guardias civiles a los que dos agentes autonómicos pusieron en el centro de la diana cuando paseaban de paisano por Lérida. Dos testigos relataron cómo primero les llamaron «piolines» -en alusión al barco en el que se alojaban agentes desplegados desde Madrid- y, tras llamar su atención, empezaron a aplaudirles en plena calle azuzando a los ciudadanos de a pie para que también lo hicieran. Cuando estos agentes vieron que los guardias civiles se acercaban a ellos escondieron sus placas. Solo uno fue identificado. Declaró en el juicio oral. Y lo negó todo .
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