El ex jefe etarra Martitegi acepta otros 6 años de cárcel por quemar un concesionario de coches en 2000
Ya cumple condena de 136 años por el atentado con coche bomba contra la casa cuartel de Calahorra (La Rioja) en 2008
El que fuera jefe del aparato militar de ETA Jurdan Martitegi ha comparecido hoy en la Audiencia Nacional para aceptar de conformidad la condena que solicitaba para él la Fiscalía por un delito de daños terroristas tras quemar un concesionario de coches de la marca Citroën en el año 2000 junto a otras personas que no fueron identificadas en un polígono de la localidad vizcaína de Iurreta, muy próxima a Durango.
La Fiscalía pedía 10 años de prisión y una indemnización de 415.000 euros por responsabilidad civil. Hoy, en la vista de conformidad celebrada en el Juzgado Central Número 1 de la Audiencia Nacional, que preside la magistrada Concepción Espejel, el acusado ha aceptado 6 años de cárcel y la misma indemnización que solicitaba el Ministerio Fiscal para el propietario del establecimiento, que quedó calcinado. Martitegi se ha limitado a aceptar la conformidad y ha declinado decir nada más, por lo que la sentencia ya es firme y no puede ser recurrida .
«Muy orgulloso de ETA»
Esta condena no es la primera ni la más grave que pesa sobre el ex jefe etarra. La propia Audiencia Nacional ya le condenó en 2014 por el atentado con coche bomba contra la casa cuartel de Calahorra (La Rioja) el 21 de marzo de 2008, que se saldó con ocho heridos, entre ellos dos guardias civiles, y por el que cumple condena de 139 años en la prisión guipuzcoana de Martutene, a la que fue acercado por Instituciones Penitenciarias el pasado mes de marzo. Durante aquel juicio, Martitegi presumió de que «soy militante de ETA y me siento muy orgulloso de serlo . Hago mías todas las acciones político-militares realizadas por ETA en su medio siglo de historia».
Este jefe militar de ETA fue detenido en Francia en 2009, donde también se le impuso una condena de 16 años por su pertenencia a la banda terrorista. Como explica la Fiscalía, el ataque para calcinar el concesionario de Iurreta hace dos décadas se enmarcaba en la estrategia de ETA de atentar contra intereses y símbolos de Francia, como la conocida marca de coches, en represalia a la colaboración del país vecino con España en la lucha antiterrorista .