La irrupción del sindicato de Jusapol provoca una grave fractura en la Policía
Hay división en las plantillas y amenazas entre compañeros que enrarecen el ambiente
La cúpula de la Policía Nacional ha vivido el último año y medio pendiente y estremecida por los escándalos descubiertos tras la detención de José Manuel Villarejo, y probablemente ese árbol no le ha dejado ver el bosque de lo que se cocía en las entrañas del Cuerpo. La irrupción de Jusapol (Justicia Salarial Policía) -en principio solo una asociación profesional de policías y guardias civiles que hizo de la equiparación salarial y la critica a los sindicatos policiales tradicionales su bandera, que ahora ha derivado en el sindicato Jupol (Justicia Policía)-, ha cambiado hasta tal punto el clima en las plantillas que a día de hoy puede hablarse de una fuerte división entre los agentes que podría llegar a afectar, incluso, a la operatividad .
«En una comisaría de Madrid un enlace sindical ha recibido amenazas de que iban a violar a sus hijas », explican fuentes policiales, que añaden que incluso se ha visto cómo algunos policías ocultan información a otros en función de su posicionamiento sindical. La desconfianza, cuando no el enfrentamiento, empieza a extenderse por muchas plantillas. Los paneles reservados a las comunicaciones de los sindicatos en las dependencias policiales son boicoteadas a menudo con pintadas insultantes, y las redes sociales son cauce y testigo de todo tipo de agresiones verbales y advertencias explícitas. Jusapol, no obstante, se ha desmarcado ya varias veces de estos sucesos, que dice no promover.
La situación es potencialmente explosiva, y sin embargo no se vislumbra una estrategia para desactivarla. «Los mandos policiales ven que sus superiores no toman decisiones y prefieren no implicarse para evitar problemas», explican las fuentes . Solo así puede entenderse, por ejemplo, que en la oficina de denuncias de una comisaría madrileña, en la que sobra cualquier elemento partidista, haya estado colgado un póster de Jusapol sin que nadie ordenara retirarlo.
El «nuevo sindicalismo», ahora con el nombre de Jupol (sindicato creado por Jusapol a pesar de comprometerse en su día a no hacerlo), surgió en un despacho de abogados de Palencia y ganó fuerza día a día, en buena parte por la incapacidad de los sindicatos mayoritarios hasta entonces -SUP, CEP y UFP- en trasladar a sus compañeros el éxito sin precedentes que supuso el acuerdo de equiparación salarial con las policías autonómicas firmado con el Gobierno de Rajoy, y respetado por el de Pedro Sánchez. Y eso a pesar de que se ha traducido hasta ahora en una subida mensual media de 400 euros, comprobable con las nóminas.
«Era muy difícil la reacción -admiten fuentes sindicales-, porque antes de firmarse el acuerdo con el Gobierno no podíamos combatir una organización que pedía lo mismo que nosotros, con una puesta en escena mucho más radical que enganchaba a los más jóvenes... Y después de la firma también ha sido difícil, porque ellos aseguran que no hay equiparación real, una mentira que al repetirla mil veces muchos han convertido en realidad».
Desde esas filas también se atribuye a los equipos ministeriales, primero de Zoido y después de Grande-Marlaska, una cierta inacción ante las señales de alarma que surgían . Para esas fuentes resulta llamativo que ni el PP ni el PSOE reivindicaran la equiparación para obtener rédito electoral -sólo Marlaska se ha referido a ello en algunas de sus intervenciones en Cádiz-, sobre todo al ser una reivindicación histórica de la Policía y la Guardia Civil que tras los sucesos de Cataluña de 2017 pasó a ser mayoritariamente apoyada por los españoles.
En el rápido crecimiento de Jupol también ha tenido gran importancia el papel de algunos partidos políticos, en especial Ciudadanos y Vox, cuyos líderes han dado alas a esta organización. Particularmente intensa ha sido la relación de la formación de Albert Rivera, que ha salido a la calle de la mano de Jusapol. Curiosamente, en este asunto los de Santiago Abascal han tenido un papel menos activo hasta ahora, aunque en sus actos se ha permitido la venta de merchandaising de las dos organizaciones.
Ahora, entre los lamentos de unos y la notable preocupación de Interior, según admiten en privado responsables del Departamento, ese sindicato, que no tiene inconveniente en hacer un escrache en actos electorales del presidente del Gobierno, o de rodear el Congreso al más puro estilo Podemos durante el debate de la Iniciativa Legislativa Popular sobre la equiparación salarial, podría convertirse en la primera fuerza tras las elecciones al Consejo de la Policía de junio.
Consejo de la Policía
Los resultados de esos comicios son clave para los sindicatos y las consecuencias de ellos exceden con mucho las que se derivan de las funciones específicas de ese organismo. Del número de vocales que obtenga cada organización dependerá que cuenten con un número mayor o menor de liberados, la entidad de las subvenciones y, por supuesto, la capacidad de interlocución con Interior, que en muchas ocasiones consulta con los sindicatos mayoritarios decisiones para pedir su opinión o, simplemente, su colaboración en determinados temas.
Pero también el Gobierno se juega mucho en este envite, porque un Consejo de la Policía en manos de Jupol, partidario como se ha visto de estrategias radicales, llevaría la inestabilidad al Cuerpo, y eso siempre influye de forma negativa en el servicio que se presta al ciudadano y en la imagen del Ejecutivo.
El sindicato de Jusapol ya ha advertido de que una vez que logre representación en el Consejo de la Policía lo primero que hará será presentar un conflicto colectivo permanente hasta que se cumplan todas sus reivindicaciones. Con este planteamiento de máximos, inasumible para cualquier gobierno, Interior sabe que está abocado a gestionar la seguridad en medio de un clima laboral muy complicado y continuado en el tiempo.
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