Investidura Rajoy
La «confusión» de Domènech: cuando Azaña defendía que los destinos de Cataluña y España estaban unidos
El político republicano acapara las citas en la segunda jornada de la investidura de Rajoy. Algunas para mencionarlo según sus intereses

Setenta y seis años después de su muerte, Manuel Azaña ha estado más presente que nunca en los últimos años en el Congreso de los Diputados. Pedro Sánchez ha sido el primero en mencionar al que fuera presidente del Gobierno durante la Segunda República española. Lo hacía para defender la idea esbozada el martes ya por Rajoy sobre la necesidad de una Nación unida , citando el discurso de Azaña en defensa del Estatuto de Cataluña en las mismas Cortes pero en el año de 1932.
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«El patriotismo no es un código de doctrina; el patriotismo es una disposición del ánimo que nos impulsa, como quien cumple un deber, a sacrificarnos en aras del bien común; pero ningún problema político tiene escrita su solución en el código del patriotismo . (...) Nadie tiene el derecho de monopolizar el patriotismo, y nadie tiene el derecho, en una polémica, de decir que su solución es la mejor porque es la más patriótica; se necesita que, además de patriótica, sea acertada», decía hace ya más de 80 años Azaña y ha vuelto a parafrasear Sánchez.
La sorpresa ha venido cuando el portavoz de En Comù, Xavier Domènech , ha defendido en su turno de intervención que el político republicano era partidario del autogobierno catalán. La República sofocó la revolución de octubre de 1934 cuando, en Barcelona, el Gobierno de Cataluña presidido por Lluís Companys (de ERC) proclamó el Estado Catalán dentro de una República Federal Española, en la noche del 6 al 7 de octubre. Este hecho provocó la proclamación del estado de guerra y la intervención del ejército. Azaña, que se encontraba en Cataluña pero por el entierro de Jaume Carner, fue detenido, pero poco tenía que ver con el movimiento separatista.
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En 1932, Azaña sostenía que ni el Estatuto recién concedido por la República a Cataluña ni los que vinieran después significarían ruptura, disociación de caminos, corte de amarras: la autonomía de Cataluña es «una emanación natural de los principios políticos que inspiran la República». Según recoge el historiador Santos Juliá en «Vida y tiempo de Manuel Azaña», este pretende que la colaboración se fundamente en motivos superiores a la organización del Estado y, convencido de que esos motivos son profundos, ya no evoca la posibilidad de que Cataluña decida cortar las amarras e iniciar sola una nueva navegación. Para Azaña la República, sin una Cataluña republicana, sería débil y claudicante; pero Cataluña, sin una República liberal, no sería libre . Los destinos de Cataluña y España están unidos en la República. Termina su discurso en Cataluña con un «Viva España!».
Azaña pretende que el catalanismo político se incorpore a la movilización general, española, contra la monarquía . La libertad de Cataluña y la de España son la misma cosa. Cataluña no se libera contra contra España: España y Cataluña se liberan frente al Estado español moderno que ha violado la justicia y el derecho.
Mariano Rajoy, en la réplica ha aconsejado a Xavier Domènech que revise «La Velada de Benicarló» , el libro que recoge el pensamiento político del que fuera presidente de la Segunda República.