Política

El inútil viaje del PSOE hacia el «Estado federal»

Sánchez se aferra a la proclama que estrenó Zapatero, pese a que no cuenta con el respaldo de su electorado y alimenta el voto de Podemos: el 23% de los votantes del PSOE preferirían un Estado sin autonomías o recortadas

Roberto Pérez

El líder del PSOE, Pedro Sánchez , sigue aferrándose con insistencia a la idea de reformar la Constitución para hacer de España un Estado federal . La proclama viene de lejos, de los años de Rodríguez Zapatero . Han pasado ya 15 años desde que el PSOE empezó a cocer este camino, que lejos de calar en su electorado no ha hecho más que generar desconcierto entre sus votantes o –en el mejor de los casos– indiferencia.

Las encuestas desvelan el error en esta estrategia de la cúpula del PSOE: en un país en el que solo el 5% de su cuerpo electoral se declara nacionalista, el federalismo de Zapatero heredado por Sánchez –y replicado con fiel entusiasmo por sus «barones»– lejos de ganarle votos lo que ha hecho ha sido alimentar al de Podemos .

Según la útlima encuesta del CIS, el 50,7% del electorado que le queda al PSOE quiere un modelo territorial idéntico que el que actualmente tiene España, un Estado de las Autonomías sin retoque alguno. Y, puestos a hacer cambios, un 8,8% se inclinan por recortar competencias a los gobiernos autonómicos . Significativo es también el 14% de los votantes del PSOE que, lisa y llanamente, preferirían una España que se gobernara sin autonomías , con un modelo de Estado centralista. Es decir, un 23% del electorado del PSOE preferiría acabar con las autonomías o recortarles las competencias.

En el otro lado están un 15,5% que verían con buenos ojos un Estado de las autonomías en el que las comunidades tuvieran más competencias –algo bien distinto a un Estado federal–, y tan solo un 2,9% están a favor de reconocer el derecho de autodeterminación , el que se reconociera a las autonomías el derecho a declararse independientes.

Hace diez años el PSOE tenía más apoyo electoral. Y, por entonces, eran muchos más los votantes socialistas que se inclinaban por dotar a las comunidades de más autonomía: un 34,2%.

Desde entonces, esta opción no ha hecho más que perder apoyo en el electorado del PSOE, a la par que el partido se ha ido desangrando en las urnas.

El 23% del electorado del PSOE preferiría acabar con las autonomías o recortarles las competencias

En un país en el que los votantes de corte nacionalista apenas se ha movido en todo este tiempo –un 4,4% hace diez años, en torno a un 5% ahora–, los potencialmente dispuestos a caminar hacia un Estado federal han acabado recalando en Podemos y sus confluencias –además de seguir nutriendo las opciones tradicionales de voto nacionalista o abiertamente independentista como ERC o las CUP en Cataluña–. Para el PSOE, la jugada le ha resultado un desastre.

La misma encuesta del CIS lo demuestra: en Podemos, uno de cada tres votantes apuestan por un Estado en el que se reconozca el derecho de autodeterminación o se den más competencias de autogobierno a las autonomías . La proporción se dispara en sus confluencias bañadas de nacionalismo: en el caso catalán de «En Comú Podem» , el 44,6% de sus votantes quieren más competencias para los gobiernos autonómicos y un 28,9% se inclinan abiertamente por la autodeterminación. En el caso valenciano de «Compromís-Podem» , los porcentajes de electorado que respaldan esas opciones son del 24,4 y del 20%, respectivamente.

El «Estado federal» al que la cúpula del PSOE lleva agarrándose desde hace 15 años ha sido un estéril camino para este partido. Lo ideó para digerir la deriva identitaria de los catalanes del PSC que fraguó en el «Estatut» del tripartito de Pascual Maragall. Un campo minado que dio alas al independentismo catalán, que hundió electoralmente a los socialistas en Cataluña y que ha acabado arrastrando al PSOE a nivel nacional.

El coro de los «barones»

Pese a lo desastroso de la aventura, el PSOE persiste. Lo hace Sánchez, pero no en solitario. No le faltan «barones» territoriales que le corean con ese mismo «mantra» del federalismo . Entre ellos, por ejemplo, el aragonés Javier Lambán , convertido en presidente de Aragón con los votos de Podemos y coaligado en su gobierno a la Chunta Aragonesista, de declarada querencia independentista y con contrastadas relaciones con partidos como ERC o las CUP.

También la andaluza Susana Díaz se ha venido abrazando a la idea de reformar la Constitución para convertir a España en un Estado federal. Hace menos de dos años lo defendió como «la única salida» al órdago secesionista de Cataluña y declaró que, en cuanto al modelo territorial del Estado, la Constitución de 1978 es «letra muerta».

El inútil viaje del PSOE hacia el «Estado federal»

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