Intervienen un vídeo amenazante a los dos yihadistas detenidos en Madrid
En las imágenes no hay referencias concretas a un posible ataque e Interior asegura que no hay un solo indicio de que planearan un atentado
Los agentes de la Brigada Provincial de Información de Madrid han intervenido a los dos yihadistas detenidos ayer un vídeo amenazante en el que de fondo aparece una fotografía de la Puerta del Sol . En el documento uno de los detenidos, que lleva un cuchillo en la mano, hace una serie de llamamientos y junto a él se puede ver un kalashnikov. Las fuentes consultadas por ABC insisten en que no se trata de una amenaza expresa, ni hay elementos que hagan pensar que planeaban un atentado de forma inminente , pero sin duda el hallazgo añade elementos inquietantes a una operación en la que se habló, al principio, solo de enaltecimiento del terrorismo.
ABC ya adelantó en su edición de hoy que se buscaban indicios que pudieran indicar que los detenidos podrían estar preparando un atentado terrorista. Y ello porque se habían dado dos elementos que hacían pensar en ello, siempre a juicio de las fuentes consultadas. El primero, el hallazgo de cuatro cargadores de kalashnikov y munición para el AK-47 ; el segundo, otro vídeo en el que se puede ver a los detenidos disparando con esas armas , que por el momento no se han encontrado.
Las fuentes consultadas son muy cautas e insisten en que no hay que alarmar a los ciudadanos, porque el primero de los vídeos citados no contiene amenazas expresas y concretas sobre un atentado, sino que se trata de una proclama que ni siquiera se entiende demasiado bien . No obstante, el conjunto de indicios y pruebas obtenidos en esta operación tienen una entidad con pocos precedentes.
La operación policial continúa abierta y la Brigada de Información de Madrid ha hecho más registros -el miércoles hizo hasta cinco- para intentar localizar las armas que pudieran tener los detenidos.
Para los investigadores, el perfil de los dos detenidos responde a individuos «extremadamente peligrosos» . Se trata de individuos de entre 18 y 25 años, de nacionalidad española pero de padres marroquíes. Empleaban una cabaña situada en un barrio situado a las afueras de la ciudad, cerca de la autovía de Valencia y de muy difícil acceso, como punto de reunión con otros presuntos yihadistas.