Interior admite que hay desplazamientos a segundas residencias, pero en números «mínimos»
Marlaska da por cumplido de momento el objetivo de reducir la movilidad un 85%
El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha dado de momento por cumplido el objetivo del Gobierno de reducir la movilidad al 85%, disminu ción registrada ayer cuando, ha señalado, la caída del tráfico en las vías interurbanas alcanzó el 92% y en los accesos a las grandes ciudades un 83%. Va a hacer falta un sacrificio continuado para mantener estos índices, ha recordado, al tiempo que se ha felicitado de que «ya hay perspectiva de resultados» en la lucha contra el coronavirus.
En este contexto, y en respuesta a una pregunta telemática seleccionada por la secretaría de Estado de Comunicación, el ministro ha tildado de «movimientos mínimos» las denuncias que están surgiendo este domingo en torno a la afluencia de ciudadanos a ciertos puntos donde están sus segundas residencias. «No dudo de que hayan podido producirse incumplimientos insolidarios», ha reconocido, aunque insistiendo en que «nunca en números expresivos».
En rueda de prensa en La Moncloa junto al resto de ministros delegados con competencia en esta crisis, los de Sanidad, Defensa y Transporte, Marlaska ha vuelto a elogiar efusivamente el trabajo de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad. Suman ya, ha comunicado, tres millones de comprobaciones en lugares y personas para garantizar que se cumplen las medidas de aislamiento, durante las que se han levantado cerca de 330.000 propuestas de sanción y se han producido 2.850 detenciones, fundamentalmente debidas a desobediencia y atentado a la autoridad. Respecto a los agentes, una vez más ha subrayado que es «preocupación principal» de su departamento porque ejerzan sus funciones dotados de todo el material de protección «necesario y preciso» . En este sentido, ha cifrado en 2,5 millones de mascarillas las que se han repartido entre estos funcionarios, a las que se ha sumado medio millón más hoy mismo, según ha dicho.
Esta prioridad ha sido profundamente cuestionada desde los sindicatos policiales, que en reiteradas ocasiones han denunciado la falta de equipos de protección personal en las patrullas que prestan servicio en la calle, así como la carencia de test para detectar contagios.
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