La intendente de Mossos acusada de sedición se escuda en que el 20-S no dio órdenes
Laplana dice que tramitaba a sus superiores todas las peticiones de la Guardia Civil
La intendente de los Mossos d'Esquadra Teresa Laplana , acusada de sedición por supuestamente colaborar con el «procés», ha defendido que ella no daba las órdenes aquel 20 de septiembre de 2017 en el operativo de la Policía catalana para proteger los registros de la Guardia Civil en la Consejería de Economía del asedio de manifestantes independentistas.
Durante su interrogatorio, en la vista que se celebra en la Audiencia Nacional contra Trapero , la excúpula de los Mossos y la Consejería de Interior, Laplana ha ido relatando este miércoles que, cada petición que recibía de la Guardia Civil, la tramitaba a sus superiores para ver si era posible llevarla a cabo.
«Yo hubiera querido atender mucho más fácilmente esas peticiones. Siento que no pudiéramos llegar con más tiempo a todas», ha lamentado . Y al preguntarle su abogada, Olga Tubau, si el 20-S tenía intención de entorpecer los registros policiales, lo ha negado: «Solo deseaba que todo transcurriera con la mayor normalidad».
Laplana aquel día estaba de baja pero dice que acudió igualmente a la Consejería de Economía como «jefa máxima del distrito», aunque en la práctica se limitó «a transmitir» las peticiones a sus superiores . No ha explicado por qué aparece como jefa del operativo en el atestado elaborado el 26 de septiembre. Y es cierto que aquella jornada en su teléfono se agolpaban las llamadas. Concretamente, su teléfono registró 144 llamadas entrantes y 98 salientes: «Estuve todo el día pegada al teléfono», ha explicado Laplana al tribunal.
La acusada ha señalado que desde primera hora de la mañana la afluencia de manifestantes ante la Consejería fue enorme pero que ella no vio, desde el hall del edificio, actitudes violentas ni presenció ninguna agresión a los guardias civiles que protegían la entrada. Tampoco constató que lo agentes tuvieran que resguardarse en el interior.
Sobre su relación con Jordi Sànchez , Laplana ha dicho que aquel 20 de septiembre fue la primera vez que tuvo contacto con el líder de la ANC, y que lo hizo a petición de Josep Lluìs Trapero . El mayor la llamó, ha explicado la acusada, para decirle que él le ayudaría a hacer un pasillo de voluntarios para facilitar la entrada de los detenidos (que tenían que asistir a sus propios registros) en la Consejería de Economía. Laplana ha dicho que contactó con Sànchez en tres ocasiones: con motivo de la entrada de los arrestados, para intentar despejar la zona en la que se encontraban los vehículos de la Guardia Civil sobre los que se estaban subiendo los manifestantes y para organizar la salida de la comisión judicial, cuando se le pidió ayuda para ampliar con voluntarios el pasillo que separaba el edificio de la multitud allí congregada.
También ha reconocido que las llamadas de Trapero para que se pusiera en contacto con Sànchez no eran algo habitual y que en ningún momento el mayor le ordenó que mantuviera este contacto, sino que la llamada se produjo en ese marco de mediación por el que apuestan los Mossos.
Laplana ha despreciado el destacado papel que aquel 20-S se atribuyó el líder de la ANC (hoy condenado por sedición), y ha asegurado que su labor se enmarcaba solo en esa colaboración para mediar con la gente que allí se manifestaba llamada por la Asamblea Nacional Catalana. Cualquier otro intento de intentar influir en el dispositivo policial iba a ser en vano. «Sànchez había venido ahí con una única atribución: colaborar en una formación de un pasillo de voluntarios. Él podía decir misa sobre cómo tenían que entrar los voluntarios; él no tenía ninguna autoridad para condicionar ninguna actuación, su capacidad de influencia era totalmente nula; él no es quien para entrometerse en las decisiones de la Policía», ha dicho la intendente.
Dos días de interrogatorio a Trapero
Antes de la declaración de Laplana, la sesión se ha dedicado a concluir el interrogatorio a Trapero, que había empezado dos días antes, y hoy ha terminado con las preguntas de su abogada. El mayor de los Mossos ha explicado que, antes del 27 de octubre, ante la inminencia de la declaración de independencia, él propuso detener personalmente al entonces presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont , si así se lo ordenaba un juez o la Fiscalia.
«Parecía lógico que lo detuviera yo como máximo responsable del cuerpo», ha dicho a preguntas de su abogada, con la intención de tratar de convencer al tribunal de la Audiencia Nacional de que no tenía relación alguna con el Govern y sus planes secesionistas.
Ha sido un detalle más, que hoy miércoles ha salido a la luz, sobre el supuesto plan que Trapero había ordenado diseñar de darse la situación: «Los máximos mandos del cuerpo eran los que tenían que asumir las detenciones» , ha añadido el mayor de los Mossos.
El fiscal, en la sesión anterior, al interrogar a Trapero, había mostrado sus dudas sobre la existencia de ese dispositivo: «¿Dónde está ese plan?». El mayor ha recalcado que no se hizo por escrito porque querían hacerlo con «sigilo».
Otros mandos policiales, por estructura jerárquica, habrían de detener llegado el caso a los consejeros del Govern, a través de «binomios» formados dos comisarios o bien un comisario y un intentente, según ha reiterado el mayor, en la línea de lo que sostenía un informe de Mossos entregado a la Audiencia Nacional cuando Trapero ya estaba imputado.
El mayor de los Mossos ha usado la sesión de hoy para insistir en su argumento de que el dispositivo para frenar el referéndum ilegal del 1-O era «conjunto» de los Mossos, Guardia Civil y Policía Nacional , Diego Pérez de los Cobos, coronel de la Guardia Civil, como «coordinador» y por lo tanto máximo responsable.
En este sentido, y repartiendo responsabilidades, ha recordado que, en los días previos al 1-O, no solo los Mossos no cerraron locales donde se iban a celebrar las votaciones, sino que la Policía Nacional tampoco lo hizo.
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