ENTREVISTA
Inocencio Arias: «Desde 1940 estamos en el momento más delicado y grave de nuestra historia»
El nuevo director del Club Siglo XXI habla con ABC sobre su nombramiento y analiza el momento político que atraviesa el país
No acostumbra a callarse nada, y cada una de sus opiniones sienta cátedra. Inocencio Arias (Almería, 1940) es historia viva de España. Diplomático durante todos los gobiernos de la democracia, con la salvedad del conformado por Mariano Rajoy, es el nuevo director del Club Siglo XXI, cuna de la intelectualidad y de la confrontación política desde los albores de la Transición. Coincidiendo con su reciente nombramiento, charla con ABC sobre el momento político que vive el país.
Ha viajado por casi todo el globo, ¿aún perdura la imagen de la España de los 60?
Entonces había mucho de siesta, paella, civiles con tricornio y algo del Real Madrid de Di Stéfano. Ahora esa imagen se ha difuminado. En el exterior saben que nuestros trenes son buenos y puntuales, que los hospitales dan una asistencia notable, que España es puntera en obras públicas... Lo saben.
¿Cómo afronta su mandato como nuevo director del Club Siglo XXI?
Desde 1940 estamos en el momento más delicado y grave de nuestra historia. Ahora, como al principio de la Transición, vamos a poner sobre la mesa los temas adecuados y a las personas adecuadas que los discutan.
Habla de la Transición. Desde Podemos se ha criticado ese periodo. ¿Cree fundados los reproches?
La Transición no sé si fue modélica, pero sí bastante más que aceptable. Los españoles con apabullante mayoría estaban conformes con lo que se estaba haciendo en un país que suspiraba por la democracia. Las críticas son globalmente injustas e irrealistas. Los de Podemos son jovenes idealistas, utópicos, a los que se les ve la patita sectaria o incluso totalitaria.
¿Gozaría de respaldo internacional una Cataluña independiente?
A corto y medio plazo el reconocimiento internacional es una quimera. Un engaña ingenuos. Los separatistas quieren la independencia y como objetivo más plausible que el Gobierno de la nación reaccione de un modo que abone el separatismo. No olvidemos que Puigdemont ha tenido el tupe de quejarse en tono apocalíptico de que el gobierno de Madrid está dispuesto a todo. Estar dispuesto a todo es, en realidad, aplicar la ley.
¿Considera que el Estado tendrá conflictos «ad eternis» con Cataluña y el País Vasco?
No tiene por qué. Pero en las dos comunidades hay una minoría bastante gorda convencida de que estarían mejor en otra parte. Y en el caso catalán se han ensimismado con que España les roba. Justamente lo contrario.
¿Cómo analiza el veto de Trump a medios críticos con él?
Hay un cierto símil con Podemos, sin exagerar. Trump también promete cosas irrealizables, tiene mucho ego como algún dirigente de Podemos y demoniza a sus adversarios, que lo fustigan detalladamente a diario. «The New York Times», un gran periódico, pierde a veces su objetividad con él.
Hay quien sostiene que Maduro no es un dictador...
Recordemos: si parece un pato, anda como un pato y grazna como un pato. ¿Qué es? Si encarcela a dirigentes de la oposición, reprime con mano dura las manifestaciones y cada vez que un órgano le sale respondón crea otros paralelos. ¿Qué será? Que sea un bocazas maleducado es lo de menos, hay varios, pero al torcérsele las cosas ha demostrado que no es un demócrata.
¿Cómo valora la labor de Zapatero en la liberación de Leopoldo López?
Hay gente a la que le subleva. A mí no, aunque esté blanqueado a Maduro. Y no creo que lo haga por dinero, para nada. Tiene una obsesión adanista (yo fui el primero que no se levantó ante la bandera yanqui), y quizás como a otros españoles, políticos y periodistas se le he aparecido Nuestra Señora de la Mediación. Yo, con todo, sin mucha fe, le deseo suerte.
Ha declarado que Felipe González tenía un hondo sentido de Estado. ¿Pedro Sánchez?
Creo que menos que González. Yo no dudo de que quiere la unidad de España, pero su equidistancia entre unos separatistas en franca rebeldía y el Gobierno de Rajoy es partidista, infantil y nefasta para el objetivo que buscamos todos los constitucionalistas.
¿Cómo ve el futuro de España?
Esperanzador si no tuviéramos el tema catalán. La economía mejora, a la corrupción le meten mano, el paro baja y en el exterior se nos considera.
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