Lo que va de Íñigo Errejón a Pablo Iglesias

Las hondas discrepancias del cofundador de Podemos con la dirección empezaron en 2016

Pablo Iglesias e Íñigo Errejón, en una imagen de archivo EFE

G. Caro

El 17 de enero, el día de su quinto cumpleaños, Podemos estalló por los aires después de que el cofundador Íñigo Errejón rompiera con el proyecto que creó para presentarse a las elecciones autonómicas del 26-M bajo la marca de Más Madrid. Pablo Iglesias se quedó sin su apuesta estrella en la Comunidad de Madrid: Errejón era el número uno en su lista en la región y tuvo que medirse contra una plataforma que les sangró 20 diputados en las urnas .

Errejón aspira a volver a imponerse al partido liderado por Pablo Iglesias en las elecciones del 10-N, después de que Más Madrid aprobara ayer domingo que la formación concurra a los nuevos comicios . Solo falta saber quién será el cabeza de lista, una vez que Manuela Carmena se descartó, aunque todo apunta a que será el propio Errejón quien se lance a la carrera electoral. La concejal del Ayuntamiento de Madrid Inés Sabanés declaró que «mayoritariamente se entiende que quien mejor puede expresar el sentir de esta candidatura es Íñigo Errejón».

Las hondas discrepancias de Errejón con la dirección empezaron en 2016, cuando Iglesias tumbó la investidura de Pedro Sánchez y un Gobierno PSOE-Ciudadanos. «Yo sí hubiera aceptado la oferta de Sánchez», dijo Errejón, al respecto de la oferta de coalición que el PSOE hizo a Iglesias en julio. Al hoy dirigente de Más Madrid no le tiembla la voz al hablar de los errores que, a su juicio, siguen cometiendo Iglesias y la cúpula morada.

Errejón se ha empleado en los últimos meses en trasladar la idea de que hay un espacio en la izquierda para un proyecto lejos del partidismo de Podemos y ahora aspira a ocuparlo. A juicio del cofundador de Podemos, el rumbo ideológico que ha tomado el partido morado está siendo su principal lastre demoscópico. «Cometimos muchos errores, pero hubo una decisión estratégica e ideológica, y que yo no compartí en su momento, que creo que está llevando a un cierto declive de Podemos». «En 2017 Podemos ratificó su voluntad de acercarse a Izquierda Unida y convertirse ideológica, discursiva y simbólicamente en una formación política postcomunista a la izquierda del PSOE», lamenta.

«Una fuerza no sectaria»

La estrategia de Errejón rompe con la idea primitiva de un partido que, según explica, «no consiguió cinco millones de votos porque fuera una fuerza política que le hablara solo a la izquierda sino que le hablaba al conjunto de los españoles que habían sufrido la estafa democrática y la corrupción, y les proponía una regeneración».

Errejón llegó a decir este año que Podemos «corre el riesgo de oxidarse» y que por eso apostó por una fuerza más transversal como Más Madrid, que le permite además desarrollar un espacio político más abierto que en Podemos no le permitían. Así, Más Madrid aterrizó el 26-M en la Asamblea de Madrid con un 14,6 por ciento de los votos, siendo la cuarta fuerza autonómica y desplazando a Podemos a sexta.

Desde La Moncloa aprovecharon esta brecha en julio durante las negociaciones de la investidura para presionar a Iglesias con el daño que le produciría la presencia de Errejón a nivel nacional, y es una de las bazas de Sánchez para arrinconar a Iglesias en la repetición electoral del 10-N. «En política he aprendido a no descartar casi nada», expresó Errejón hace semanas, preguntado sobre si Más Madrid concurriría en unas segundas elecciones el 10 de noviembre. «Hay claramente sitio para otra fuerza progresista no sectaria», decía. «Torpedo» Errejón.

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