Las «infidelidades» del matrimonio Rivera-Sánchez se someten a la prueba definitiva de verse con Iglesias

El encuentro secreto entre Pedro Sánchez y Oriol Junqueras ha sido el último capítulo de una relación difícil

Pedro Sánchez y Albert Rivera en su última reunión José Ramón Ladra

VÍCTOR RUIZ DE ALMIRÓN

Como un auténtico diamante, parece que el pacto entre el PSOE y Ciudadanos resistiese todo. Pero hace tiempo que no brilla con el lustre de los primeros días. El encuentro secreto entre Pedro Sánchez y Oriol Junqueras ha sido el último capítulo que ha causado molestia en las filas del partido naranja.

Aunque incluso en privado tratan de asegurar que el PSOE no les ha dado nunca la sensación de querer «tirarse al monte» y buscar un pacto con Podemos y los independentistas. Aunque también en privado reconocen que mantener esa reunión secreta «fue un error».

Ha sido el último episodio de una relación difícil, como todas en las que los integrantes no quieren lo mismo. Siempre reconocieron que el acuerdo, tras la fallida investidura, era un punto de partida para lograr un fin. Pero en ese objetivo ya diferían. El PSOE quiere sumar a Podemos al acuerdo, pese a las reticencias internas, mientras que Ciudadanos nunca ha ocultado la voluntad de sumar al PP . Si una relación a tres es complicada, más lo es si cabe si existen discrepancias sobre quién deber ser ese tercer integrante.

Para ello, el 5 de marzo PSOE y Ciudadanos acordaron una estrategia. Negociarían conjuntamente con las formaciones que asumiesen sentarse con ellos, y para ello les remitieron una misiva conjunta al resto de formaciones, con excepción de ERC, DiL y Bildu. Así cedían los dos, al levantar el PSOE el veto con el PP y acceder Ciudadanos a sentarse con Podemos.

Ese es el origen de esa vía de negociación, para la que Rivera consiguió imponer su criterio de que las reuniones no fuesen de líderes sino de equipos negociadores. Pero la negativa del PP a sentarse en este formato ha hecho desfilar a los de Rivera por negociaciones con el PNV y Compromís .

Aceptó Rivera romper esa unidad negociadora para el encuentro PSOE-Ciudadanos. También cedió para que se produjese la reunión Sánchez-Iglesias, aunque contraprogramó al líder de Podemos pactando con Sánchez un encuentro previo.

No romper el acuerdo ante un encuentro secreto de su socio con ERC, cuya posición política (el independentismo) motivó el origen de Ciudadanos hace diez años no puede sino interpretarse como una concesión. Una segunda oportunidad. Hoy, reunidos ante Pablo Iglesias, la pareja de baile que desea su socio, Ciudadanos pone de nuevo a prueba su fidelidad.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación