La inestable mayoría de Pedro Sánchez le obliga a tender la mano a Pablo Casado
El Gobierno prioriza no romper con el PP a costa de desterrar la mesa extraparlamentaria a la que otros partidos ya daban el visto bueno
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![El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en el Congreso](https://s3.abcstatics.com/media/espana/2020/04/20/pedro-sanchez-pablo-casado-2-U23770204174DZF-1248x698@abc.jpg)
Pedro Sánchez y Pablo Casado se reunieron ayer por videoconferencia durante poco más de una hora, después de una escalada de tensión política, en la que la distancia entre el PSOE y el PP parecía insalvable. Ambos líderes políticos aparcaron por un día su enfrentamiento en plena crisis del coronavirus, y pudieron acabar su encuentro telemático con un punto de acuerdo: la creación de una comisión parlamentaria para llevar ahí el debate sobre las medidas que son necesarias en esta crisis , y en su caso buscar acuerdos entre los partidos.
El líder del PP se conectó a la reunión con pocas expectativas, después de ser objeto durante las últimas semanas del ninguneo del presidente del Gobierno y de los insultos del Grupo Socialista. Pero sesenta y cinco minutos después, el balance que hizo el PP fue claramente positivo . Casado consiguió llevar al Congreso la mesa extraparlamentaria que tan solo unos minutos antes estaba organizando el Gobierno con el resto de partidos, incluidos Bildu y los separatistas, y a la que el PP no pensaba sentarse.
Y es que, en este sentido, tuvo que ser el presidente del Gobierno quien más tuvo que ceder. Su propuesta ponía al Ejecutivo en el centro, como actor central del pacto. Con el nuevo formato esa situación ya no se daría. En el Gobierno consideraban «crucial» poder proyectar la imagen de unidad por encima de cualquier consideración. La portavoz del Gobierno, María Jesús Montero , quiso por la tarde celebrar «que el líder del PP haya aceptado estar presente en las conversaciones». En el Gobierno se reconoce en privado que las primeras semanas se experimentó «un fuerte desgaste». Y que la decisión de actuar «todo lo rápido que se pudiese» obligó a hacerlo sin el diálogo necesario, no solo con la oposición, sino con habituales socios de investidura. «Pienso que habría que volver a actuar igual, pero es evidente que esto tiene unos costes en términos de opinión pública y de relación con otros actores que conviene corregir una vez que nos encontramos en un escenario más estable», reflexiona un miembro del Gobierno. Una voluntad que no se traduce por el momento en la toma de decisiones de manera compartida, pero que sí posibilita abrir una comunicación «más fluida» , aseguran desde el Gobierno.
La reunión transcurrió en un tono «correcto», según fuentes populares, sin reproches ni ataques de un lado a otro de la pantalla a través de la cual se veían Casado y Sánchez. El jefe del Ejecutivo escuchó las propuestas que le planteó el jefe de la oposición, tomó nota y se mostró «receptivo». Todo esto según la versión de Génova, donde ayer por la tarde no se ocultaba cierta sensación de optimismo. Unas horas después de que terminase la reunión desde el Gobierno transmitían que el presidente veía «positiva» la propuesta de celebrar este foro en el Congreso de los Diputados, aunque se evitó entrar a considerar otras cuestiones planteadas por el líder del PP.
Eso sí, la portavoz Montero, sí dejó claro que el marco de una comisión de partido no anula la capacidad ejecutiva del Gobierno para seguir adoptando las medidas que considere . Lo hizo al preguntársele por la renta mínima. Una cuestión que quizás «pueda ser objeto de atención» de esa comisión, pero dejando claro que esa voluntad no condiciona al Gobierno que «presentará la propuesta en mayo».
«Lealtad a los españoles»
Casado dejó claro que el PP es un partido «de Estado», que seguirá actuando con «lealtad y responsabilidad», como hasta ahora. Por eso, ante la nueva prórroga del estado de alarma, que se debatirá y se votará mañana, miércoles, en el Pleno del Congreso, los populares seguirán actuando en esa misma línea. Casado lo explicó después en rueda de prensa: mientras los expertos sanitarios sigan creyendo que es necesario prolongar esta situación excepcional, el PP apoyará esa medida, por «lealtad» con los españoles, aunque no esté de acuerdo con muchas de las medidas concretas tomadas por el Ejecutivo. En este momento, en Génova no hay dudas sobre el voto afirmativo que dará a esta tercera prórroga . «Nuestro pacto de Estado ya lo hemos hecho apoyando los estados de alarma con las medidas más drásticas y extraordinarias de la democracia», subrayó ayer el líder del PP.
Eso sí, Casado pidió a Sánchez que, de la misma manera que el PP mantiene su «responsabilidad», el Gobierno debe ser «leal» y atender las propuestas que hace la oposición. Los populares quisieron presentar sus propuestas como exigencias o condiciones imprescindibles, pero lo cierto es que el tono de su líder, al menos durante su rueda de prensa ante los medios, no hubo sensación de ultimátum ni de tensión, ni tampoco de ausencia total de entendimiento con el Gobierno, como sí lo parecía en los días previos. Más bien se mostró flexible para que el Gobierno fuera estudiando sus propuestas en los próximos días.
Casado puso sobre la mesa medidas sanitarias, socioeconómicas y relativas a las libertades democráticas. Ninguna parecía imposible de asumir por parte de Sánchez. A priori, porque el Gobierno es cosa de dos, y al PP le falta por ver la reacción de Pablo Iglesias . El líder del PP pidió protección urgente para sanitarios y trabajadores, test masivos, el pago inmediato de las prestaciones de los ERTE, una paga extra para sanitarios y la reapertura del Portal de Transparencia, entre otras medidas. Después de la reunión, los populares aseguraron a ABC que Sánchez había escuchado con atención, sin decir «no» a nada, sino que parecía dispuesto a estudiarlas todas.
Casado, con corbata negra
O mejor dicho, casi todas, porque sigue habiendo una que propone el PP, y que Sánchez se sigue resistiendo a ponerla en marcha: el decreto de luto nacional. Una vez más, Casado apareció con corbata negra y Sánchez, sin ella, y sin ningún mensaje que parezca indicar que puede tomar esa decisión, en homenaje a las víctimas, en próximas fechas. Al finalizar la reunión, Casado expresó su confianza en que Sánchez y el Gobierno actúen con «máxima eficacia, máxima transparencia y máxima humildad para reconocer errores».
El Gobierno quiso ayer evitar desencuentros . Priorizó lograr un entendimiento puntual con el PP, aunque fuese a costa de descartar el formato en el que llevaba días trabajando. «Lo de menos es el formato», dijo María Jesús Montero, que señaló que ahora toca al Congreso de los Diputados «convocar día y hora». El parlamento y sus tiempos, no obstante, está controlado por PSOE y Unidas Podemos con su mayoría en la mesa. Por lo que el Gobierno no pierde el control del proceso ni sus tiempos. El órgano sí ganará en transparencia.
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