Inés Arrimadas gana tiempo hasta la refundación tras una reunión «muy tensa» de su ejecutiva

La presidenta de Ciudadanos se mantiene en el cargo y nombra un equipo político para acompañar al técnico en el proceso de renovación del partido

La líder de Cs, Inés Arrimadas, en su comparecencia sin periodistas ni preguntas Pedro Ruiz
Juan Casillas Bayo

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Inés Arrimadas y su ejecutiva aguantan el temporal. La presidenta de Ciudadanos (Cs) ha ganado tiempo hasta que se culmine la anunciada refundación del partido, tras una reunión «muy tensa» de su Comité Ejecutivo , en la que según fuentes consultadas por ABC la líder liberal ha sido incapaz de detallar nada sobre el plan puesto en marcha hace meses. «Un plan secreto», se quejan algunos integrantes de la dirección ampliada que ven a la cúpula del partido «atrincherada».

La cita ha empezado cerca de las once y media de la mañana y se ha prolongado hasta pasadas las dos. Casi una hora después, Arrimadas ha vuelto a reunir a sus integrantes en la sala de prensa para dar una 'intervención en abierto'. La prensa no ha podido ni siquiera entrar en la sede y no ha sido convocada para hacer preguntas.

La intervención de la presidenta de Cs, con rostro muy serio, se ha retransmitido por YouTube. Ha reconocido que en su cabeza sopesó dos opciones, dimitir y convocar una Asamblea General extraordinaria para elegir nuevo líder o continuar con el proceso de refundación. «El camino fácil o el correcto», ha insistido, con el mismo discurso de la última semana.

También ha repetido que la 'refundación' lleva planeada meses, a pesar de que sus vicesecretarios generales, Edmundo Bal y Daniel Pérez Calvo , negaron la mayor el lunes de la semana pasada y descartaron un proceso tan complejo solo unas horas antes de que Arrimadas lo anunciase en la radio, de nuevo sin rueda de prensa mediante.

Un plan inconcreto

En el Comité Ejecutivo , voces críticas han reclamado a Arrimadas una mayor concreción a su plan de refundación, pero apenas ha habido una novedad: el nombramiento de un equipo político que pilotará esta etapa junto al equipo técnico que lleva meses trabajando bajo la tutela del jefe de Gabinete de Arrimadas, David Martínez . Esos técnicos, sin embargo, habían puesto en marcha lo que hasta ahora se denominaba 'plan de resistencia'. Y la primera etapa de ese plan eran las elecciones andaluzas , donde Cs se había marcado el objetivo de mejorar el resultado obtenido en febrero en Castilla y León. Resultado: desaparición del Parlamento andaluz .

Distintas fuentes aseguran a este periódico que nadie en la reunión ha pedido el cese de la líder ni ha planteado una alternativa a la refundación. Aun así, ella ha asegurado en su comparecencia sin preguntas y sin periodistas que ha puesto su cargo a disposición del Comité Permanente , su núcleo de confianza, y que el Comité Permanente al completo, posteriormente, ha ofrecido su dimisión al Comité Ejecutivo. Ambos extremos se han rechazado, pero en las más de dos horas y media de reunión se han constatado las diferencias existentes en el seno de la ejecutiva. Y esta era solo una de las dos reuniones que tenía el partido por delante, 'a priori' la 'fácil'. Por la tarde, a las cinco, se ha celebrado el encuentro ordinario del Consejo General , donde el control orgánico es menor y la dirección temía no encauzar la situación. Sin embargo, la cita se ha quedado en réplica suave del encuentro matutino.

La líder de Cs ha aseverado también que su «compromiso» con el partido durará al menos hasta que culmine el proceso de refundación, que quiere cerrar en seis meses -algo «inviable» para algunas voces de la ejecutiva-. Después, ha prometido, los militantes tendrán la palabra sobre todos los aspectos que afectan al partido, incluido su cargo. El objetivo de Arrimadas es llegar a las elecciones municipales y autonómicas con la formación completamente renovada y con una oferta liberal atractiva que permita a los españoles «perdonar» los «errores» cometidos por Cs.

Villacís, coordinadora política

La crudeza de la reunión se reflejaba en los rostros de los dirigentes que se han asomado fuera de la sede de Cs. Desde la vicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís , que ha llegado al número 253 de la madrileña calle de Alcalá pidiendo «una catarsis», hasta César Zafra , exsecretario de Organización de Cs Madrid y mano derecha de Ignacio Aguado , quien la semana pasada pidió la dimisión de la ejecutiva y la convocatoria de una Asamblea General.

El equipo político anunciado por Arrimadas contará con Villacís como coordinadora política y con el diputado Guillermo Díaz como portavoz. Lo completan la alcaldesa de Ciudad Real, Eva Masías , el portavoz de Cs en Santa Coloma, Dimas Gragera , el eurodiputado Adrián Vázquez , la coordinadora autonómica y portavoz en el Parlamento balear, Patricia Guasp , la diputada María Muñoz , y el coordinador de Cs en Madrid capital, Mariano Fuentes .

Réplica en el Consejo General

Voces críticas ven el equipo de «perfil bajo», para que Arrimadas «no pierda el control», pero otras creen que la refundación es el paso correcto en el punto en el que se encuentra Cs. Desde Cataluña, eso sí, han trasladado en el Consejo General, que ha concluido a las siete y media de la tarde, que allí la marca, puesta en duda, sí goza de implantación y buena fama, por lo que consideran que no conviene cambiarla. Fuentes presentes en las dos reuniones admiten que ha sido más «tensa» la de la mañana, aunque se esperaba inicialmente todo lo contrario.

En el Comité Ejecutivo, según fuentes consultadas por ABC, dirigentes como Carlos Carrizosa , Félix Álvarez , Ignacio Gragera y Enrique Arriaga han insistido sin éxito en la necesidad de ofrecer detalles del famoso plan, al menos para poder trasladarlo en sus territorios. También ha habido cierre de filas con Arrimadas, con intervenciones muy oficialistas como las de Daniel Pérez Calvo y Guillermo Díaz ; y otras críticas como las de César Zafra , que según estas fuentes ha dicho que no ve factible el proceso de refundación, y el eurodiputado José Ramón Bauzá , que ha reclamado un «diagnóstico profundo» que implica admitir sin ambages que el pecado original se cometió con la moción de censura en la Región de Murcia.

En el Consejo General, que ha durado incluso algo menos que la reunión de la ejecutiva ampliada, ha generado malestar en algunos dirigentes que se acudiese con un plan ya cerrado, que no se detalle y que se imponga desde la dirección el equipo político detrás del mismo sin votación mediante. Pero si algo ha demostrado el cónclave es que en Cs se ha dejado de hablar el mismo idioma. Una mayoría de dirigentes, todavía amplia y suficiente para Arrimadas, salía de la cita con una sonrisa y la sensación de que es un paso en la buena dirección. Una minoría cada vez más heterogénea abandonaba la sede «absolutamente decepcionada».

El cartón que se ha colocado para tapar la puerta que da acceso a la sala de prensa, sintomático del hermetismo instalado este lunes en Cs, impedía ver lo más mínimo de la reunión, celebrada ahí. Según algunas fuentes, al inicio ha habido un amago de requisar móviles -quizá para evitar la filtración de audios que se produjo en el primer Consejo General pos-Rivera-, pero la propia Arrimadas lo ha impedido pidiendo confianza en todos los presentes. Entre el relativo optimismo y la decepción, y con la vista puesta en el municipalismo como clave del rearme, Cs se da seis meses para completar un proceso que algunos ven como la última oportunidad de salvación.

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