Las imprudencias y las fiestas ilegales protagonizan el fin de año

 No tuvieron bastante y después de ser desalojados de una rave en Llinars del Vallés decidieron continuar sin éxito con la fiesta en otro pueblo. En una nave abandonada empezaban la nochevieja. Sin mascarilla, ni distancia de seguridad, ajenos a todo se reunieron más de 300 personas. Y así estuvieron cuarenta horas hasta que los mossos pusieron fin a la imprudencia. Algo que ha provocado la indignación entre los vecinos. Todos han sido denunciados y dos de los organizadores, una mujer holandesa de 29 años y un joven español de 22, detenidos. Hoy pasaran a disposición judicial y se enfrentan a multas de hasta 600.000 euros. Reincidentes también los organizadores de una fiesta ilegal en una sauna en pleno centro de Madrid que ya fueron denunciados por los mismos hechos el pasado mes de Septiembre. En el interior había 300 personas, la mayoría no respetaba ninguna medida sanitaria, aunque el evento se anunciaba como seguro. Concentraciones multitudinarias como la de un funeral en Tarragona en el que se reunieron 700 personas. Sólo en el interior había  350 personas de 160 que es el aforo máximo permitido, y el resto se congregaba fuera de la mezquita. Los mossos investigan ahora si como defiende el imán se cumplía con la distancia social y la ventilación necesaria. Actos que ponen en juego la salud de todos cuando podríamos estar ante una tercera ola de contagios.