Ciudadanos

Igea se presenta asumiendo el error de no pactar con Sánchez

Promete quitar a Cs «el tubo y la anestesia» de «una organización desastrosa»

El vicepresidente de Castilla y León, Francisco Igea, ayer en Madrid EFE
Juan Casillas Bayo

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«Hoy tengo que deciros, como hace un año delante de un micrófono en Valladolid: habrá primarias porque yo me presento». Francisco Igea dejó para el final de su discurso la confirmación de lo que era un secreto a voces: habrá una candidatura alternativa a la de Inés Arrimadas . Médico de profesión, el vicepresidente de Castilla y León erró en el diagnóstico.

Arrancó los primeros aplausos de los cerca de 150 asistentes a la Casa de Vacas del madrileño parque de El Retiro pidiendo perdón. «Dije que este partido estaba en parada cardiaca; a la vista está que no» . Henchido por los gritos de «presidente, presidente», Igea puso la primera piedra en un camino exprés hacia la presidencia de su partido. El 7 y el 8 de marzo los afiliados deberán escoger entre él y la portavoz de Cs en el Congreso.

Es la segunda vez que da la batalla en unas primarias contra el candidato «oficialista», pero la anterior, frente a la expopular Silvia Clemente, el rechazo de gran parte de la militancia a la fichaje de Albert Rivera y José Manuel Villegas era notorio. Ahora se opone a una parlamentaria curtida que siempre encarnará la primera victoria contra el nacionalismo en unas elecciones autonómicas en Cataluña . Igea va fuerte y, de forma inteligente, asumió la autocrítica que le ha faltado al partido desde la dimisión de Rivera. Tras el 28-A, el PSOE y Cs sumaban 180 escaños y los liberales se mantuvieron inflexibles en su veto a Pedro Sánchez. «Teníamos un partido que era una maquinaria hecha para alcanzar el poder. Hubo un momento en que creíamos que era posible y se apostó todo al azul», aseveró Igea, que después admitió que decepcionaron a los ciudadanos al renunciar a la misión para la que nacieron: que la política española no dependiese del nacionalismo.

Se reconoció partícipe del error -todos los miembros de la ejecutiva avalaron esa posición en febrero del año pasado-, y puso en duda que tender un guante al actual presidente del Gobierno hubiese servido de algo. Pero fue claro: «Lo importante no es el partido, a quien hay que tener lealtad es a los españoles» .

Una lealtad confundida, según él, por el hiperliderazgo ejercido por Rivera al que entiende que aboca el modelo defendido por Arrimadas. «Este partido está muy vivo si somos capaces de quitarle el tubo y la anestesia de una organización destastrosa», atizó, e ironizó al definir los estatutos de su formación como «centralismo democrático». «No diré leninismo».

Dirigió la batuta del acto la exdiputada Orlena de Miguel, purgada hace unas semanas por la gestora de la portavocía de Castilla-La Mancha . Hablaron también la diputada de la Asamblea de Madrid Marta Marbán, que será la número dos de Igea en su candidatura; y el afiliado de Pozuelo Daniel Pérez Cabo, que defendió allí -y ganó- la enmienda de Ciudadanos Eres Tú ante el miembro de la gestora Andrés Betancor. En la lista de Igea, además, habrá «hueco» para los portavoces autonómicos y los del Congreso y el Parlamento Europeo. En otras palabras, Arrimadas y su amigo Luis Garicano sí tienen la puerta abierta a su ejecutiva si resulta él el vencedor.

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