El hombre-lobby de la izquierda judicial
Garzón combina sus negocios privados (3,5 millones facturados en 2016) con el impulso de una justicia internacional ideologizada
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Baltasar Garzón es un jurista que ha dado sobradas muestras de lo importante que es para él la ideología -de izquierdas- a la hora de pedir e impartir justicia. Ya lo hizo como titular del Juzgado Central de Instrucción número cinco de la Audiencia Nacional, cuando llegó a ausentarse de un turno de guardia para leer un manifiesto en una concentración, o cuando dejó temporalmente su profesión para presentarse a las elecciones como número dos de Felipe González en las listas del PSOE.
Desde su inhabilitación por prevaricar, en f ebrero de 2012 (fue suspendido cautelarmente dos años antes), el magistrado se ha volcado en el impulso de la denominada justicia universal . Para ello utiliza Fibgar (Fundación Internacional Baltasar Garzón) Pro Derechos Humanos y Jurisdicción Universal, una institución que busca «dar respuesta a las víctimas de los delitos más graves cuando no encuentran justicia en sus propios países».
Pese a este noble fin, no se le conocen actividades de denuncia contra la dictadura cubana o la reciente represión del sandinista Daniel Ortega, que ha dejado más de 300 muertos en Nicaragua. Precisamente, con Ortega se reunió en Managua en 2012 para recabar apoyos a Julian Assange, el fundador de WikiLeaks, que permanece recluido en la embajada de Ecuador en Londres para no ser entregado a Suecia, donde lo reclamaban por una presunta violación, y a Estados Unidos.
Hombre-lobby y muy activo (sus hagiógrafos dicen que apenas duerme cuatro horas al día y trabaja el resto), Garzón protagoniza infinidad de actividades, como reclamar un Nobel póstumo para Federico García Lorca . El año pasado fundó Actúa, un «espacio de reflexión, debate cívico e intervención política» registrado como partido. Impulsado junto a otras figuras de la izquierda, entre ellos Gaspar Llamazares, prevén presentarse a las municipales de 2019 en solitario o en coalición.
Asesorías
Asesor de distintos gobiernos latinoamercianos, cobró 400.000 euros a través de su fundación por asesorar a la Fiscalía de Colombia. Hace unas semanas denunció «irregularidades» en el proceso por corrupción abierto contra el expresidente brasileño Lula da Silva , uno de los rostros más significativos de la izquierda iberoamericana.
En cuanto a sus negocios privados, en 2012 fundó un despacho, Ilocad, con el que ha defendido, entre otros, a un venezolano que quería recuperar millones de dólares de la Banca Privada de Andorra. En 2016, último ejercicio contable disponible en el Registro Mercantil, facturó 3,5 millones de euros y declaró un beneficio de 267.315 . En 2013 llegó a ganar más de un millón de euros.
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