El hemiciclo cierra por vacaciones y Sánchez queda libre de control parlamentario hasta febrero

El jefe del Gobierno no estará obligado a comparecer, pese a la pandemia y el estado de alarma

Imagen de archivo del hemiciclo vacío EFE
Ana I. Sánchez

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La presidenta del Congreso, Meritxell Batet , se despidió ayer de sus señorías con buenos anhelos pero también con advertencias: «Quiero desear a todos ustedes que tengan ocasión de disfrutar de unas felices fiestas en las que minimicemos los riesgos, y, por tanto, actuemos con máxima responsabilidad».

El Salón de Plenos cerraba poco después sus puertas por las vacaciones parlamentarias y, en principio, no volverá a abrirlas hasta la tercera semana de febrero, tras la celebración de las elecciones catalanas del 14-F. La Mesa de la Cámara aún no ha aprobado el calendario del nuevo periodo de sesiones, pero enero es un mes inhábil, la primera semana de cada mes no hay actividad plenaria, ni tampoco en la semana previa a unas elecciones.

Este cierre bien puede considerarse amplio dada la actual situación de pandemia y el estado de alarma, ya que mantendrá al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, exento de control parlamentario pese a la gravedad de la crisis. El jefe del Ejecutivo compareció este miércoles ante la Cámara Baja para rendir cuentas por el marco jurídico vigente y ya no tendrá que volver a hacerlo hasta dentro de dos meses. Con el hemiciclo cerrado, tampoco hay sesiones de control al Gobierno.

La posible sesión plenaria extraordinaria del 29 diciembre podría ser el único paréntesis al cierre del hemiciclo pero, aunque se celebrara, tampoco el jefe del Gobierno tendría que debatir. Se trata, además, de una convocatoria cada vez menos probable . Su único cometido podría ser la aprobación definitiva de los nuevos Presupuestos , pero estos días de debate en el Senado apuntan a que no se introducirán más enmiendas y las cuentas podrán ser aprobadas sin cambios el próximo 23 de diciembre en la Cámara Alta.

Labores de despacho

Batet, por tanto, no volverá a ver a la mayoría de los parlamentarios hasta dentro de casi dos meses. Los diputados tienen que seguir ahora trabajando en sus circunscripciones con labores de despacho que, para la mayoría, se concretan en cuestiones de partido o el contacto con distintos colectivos, lo que les permite entrar en un periodo más relajado.

No lo será tanto para los miembros de las direcciones parlamentarias, que tendrán que preparar la estrategia e iniciativas para el próximo periodo de sesiones, con unas elecciones catalanas a la vuelta de la esquina y una coalición gubernamental que quiere sortear la inhabilidad parlamentaria de enero y pisar el acelerador en la reforma del Consejo General del Poder Judicial.

Los cerca de 40 diputados de la Comisión de Justicia pueden despedirse, desde luego, de un enero sosegado porque PSOE y Unidas Podemos solicitaron este miércoles tramitar su nueva ley por el procedimiento urgencia que recorta los plazos a la mitad. En vez de quince días para presentar enmiendas, la oposición tendrá una semana y así sucederá con las fases sucesivas.

Por lo demás, terminado el periodo de sesiones, la actividad parlamentaria queda en manos de la Diputación Permanente . Un órgano que no tiene periodicidad fija sino que se reúne cuando lo decide la presidenta de la Cámara, ya sea por iniciativa propia, porque se lo pidan dos grupos o una quinta parte de los miembros de este órgano.

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