En helicóptero a Mingorrubio
Nubes y claros. Los pronósticos se cumplen. El helicóptero espera el coche fúnebre. Pasan diez...
Nubes y claros. Los pronósticos se cumplen. El helicóptero espera el coche fúnebre. Pasan diez minutos de la una de la tarde y llegan los restos mortales del dictador. Justo detrás, las personas que acompañarán al féretro durante el trayecto hasta el cementerio de Mingorrubio-El pardo. Por un lado, la ministra de justicia y dos altos cargos de presidencia del gobierno. Por otro, su nieto: Francis Franco. Separados en todo momento. Distancia entre familia y el ejecutivo, por expreso deseo de Los Franco. No hay saludos. Apenas un acercamiento breve para recibir últmas indicaciones. Llega el momento de introducir el ataud en el superpuma del ejército del aire. No sin dificultad y bajo la atenta mirada de Francis Franco que hasta se presta a ayudar. Una vez dentro el féretro, lo aseguran, cierran puertas. Todo queda anotado por el nieto. El primero en entrar. Después, turno del gobierno. Despega el helicóptero. Por delante, 15 minutos de recorrido hasta el destino final.