Guardias civiles se oponen a las restricciones sobre tatuajes y peinados de Marlaska

Las asociaciones de agentes han firmado un escrito en el que sostienen la posibilidad de actuar judicialmente

En el borrador de Interior, se da tres meses a los guardias civiles para eliminar los tatuajes

Dos guardias civiles patrullan las calles en una imagen de archivo EFE

S.E.

Las asociaciones profesionales de guardias civiles han abierto la posibilidad de recurrir a la vía judicial para frenar el borrador de texto normativo en el que, entre otras medidas, se prohíbe la exhibición de tatuajes o se impide fumar a los agentes durante «la práctica totalidad del servicio».

La interpretación de los agentes es que la nueva norma que se pretende aprobar implica además «un único modelo de peinado para hombres y mujeres» y prohíbe «llevar más de un anillo o una pulsera».

Cinco asociaciones (AUGC, AEGC, Unión GC, ASESGC y APCGC) han firmado ese escrito y una carta dirigida al director general del cuerpo, Félix Azón , tras la reunión ayer de un grupo de trabajo creado precisamente para debatir la orden sobre el aspecto físico y el trato con la ciudadanía de los agentes.

Los representantes asociativos han criticado que en esa reunión que se anunciara mañana, día 5, se someterá esa norma a una Comisión normativa que la dará trámite .

Pero, en especial, han cuestionado que el borrador planteado sea aún más restrictivo que el anterior , si bien planteado con «malabares normativos» para aparentar que no lo es.

En uno de los asuntos que más debate ha generado, el de los tatuajes, se mantiene la prohibición de que sean visibles, de modo que los guardias tendrán que taparlos o someterse a intervenciones para su eliminación en el plazo de tres meses.

También se regula que el personal con tatuajes registre los mismos en una base de datos con las características, lugar del cuerpo donde se encuentra, incluso con la posibilidad de adjuntar fotografías del propio tatuaje o tatuajes .

Para las asociaciones de la Guardia Civil, lo ocurrido demuestra «el inmovilismo y la falta de voluntariedad» de la Dirección General de la Guardia Civil y revela que «está todo el pescado vendido».

Por ello, ven motivos suficientes para rechazar de nuevo la norma e instar a la vía judicial si no se opta por el diálogo , para evitar que se afecten los derechos fundamentales y libertades públicas de los guardias civiles. E

«Las asociaciones representativas, en un primer momento, vimos positivo este gesto del nuevo Ministerio de Grande-Marlaska , hasta que nos dimos cuenta que para la Dirección General está todo el pescado vendido, o por lo menos así nos lo han demostrado al presentarnos un borrador de la norma incluso más restrictivo que las versiones anteriores, además con la clara intención de validarlo en el próximo Pleno del Consejo de la Guardia Civil», denuncian.

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