Un exrecluso captador de yihadistas planeaba atentados contra intereses turísticos en Marruecos
La Guardia Civil acaba con la segunda trama de radicalización en cárceles en un mes, liderada por un interno de la prisión de Córdobo que ya fue condenado a 6años como ideólogo de una célula de reclutamiento de muyahidines
No hay un ‘frente de cárceles’ al estilo del que tuvo ETA ; no se ha detectado una coordinación estable entre yihadistas recluidos en los distintos centros penitenciarios; tampoco, como tal, un ‘colectivo de presos’ (EPPK, por sus siglas en euskera); y, sin embargo, las investigaciones de las Fuerzas de Seguridad demuestran desde hace tiempo que las prisiones son instalaciones muy sensibles en el ámbito de la radicalización y reclutamiento de ‘muyahidines ’, algo por otra parte que está en el ‘adn’ de Daesh.
El Servicio de Información de la Guardia Civil ha desmantelado la segunda trama de captación de yihadistas que actuaba dentro de las prisiones en menos de un mes. Esta última investigación comenzó en marzo de 2018 en la cárcel de Botafuegos (Algeciras) donde los funcionarios de Instituciones Penitenciarias descubrieron unas pintadas, una de la bandera de Daesh y otra de un AK-47; o lo que es lo mismo, un kalashnikov.
«Podía ser una bobada, o tratarse del indicio de una organización», explican las fuentes consultadas por ABC. El caso es que los funcionarios alertaron de ello y la Guardia Civil comenzó a investigar. Los primeros se encargaron de hacer el seguimiento de los sospechosos, de sus actividades dentro de prisión , y la segunda de comprobar si detrás había una trama.
El 12 de marzo pasado agentes del Instituto Armado detuvieron en Melilla a H.M.M., un delincuente común de poca monta por formar parte de una célula de captación de yihadistas . Más relevante aún es que se había radicalizado en Botafuegos, sin que antes de ese primer ingreso en prisión hubiese sido una amenaza en esta materia.
El pasado sábado se produjeron los arrestos de los dos principales implicados en la trama de la prisión algecireña. El primero de ellos, Kamal Mohamed Driss, español, vecino de Melilla y de origen rifeño, fue detenido en el Centro Penitenciario de Córdoba . Su rol era especialmente importante, pues tenía ascendencia sobre el resto de sus compañeros. Cumplía condena de seis años tras ser encarcelado en 2014 por pertenecer a una célula de captación de combatientes para Al Qaeda en la que ejercía funciones de ideólogo . «Desde entonces se había perfeccionado», dicen las fuentes. Estaba prevista su excarcelación el próximo mes de mayo, si bien se iban a controlar sus movimientos con una pulsera. Llegó a tener una web, «Sharía for Spain» para aglutinar gente en la que planteaba la libertad para los «presos condenados por infieles» .
El segundo de los detenidos es un marroquí procedente de Tánger, Mohamed Akaarir, en libertad vigilada y también con una pulsera que controlaba sus movimientos . Fue arrestado en la localidad guipuzcoana de Pasajes tras haber cruzado la frontera. En su día había sido encarcelado por enaltecimiento del terrorismo: «Era un bocazas, que utilizaba sus redes sociales sociales para alabar los atentados terroristas, pero su paso por la cárcel lo hizo más peligroso », dicen las fuentes consultadas.
De hecho, durante la investigación se ha comprobado que su perfil actual era especiamente inquietante. «Su idea era atentar contra intereses turísticos en Marruecos y para ello ya había comenzado la búsqueda de información sobre zonas de máxima afluencia de público , así como de la forma de conseguir fusiles de asalto. No eran planes definidos, ni había objetivos concretos, pero la Guardia Civil ya tenía información de que en prisión habían hablado de perpetrar ataques contra turistas si les echaban de España », explican las fuentes consultadas por ABC.
Curiosamente, este individuo fue el primer yihadista condenado por la Audiencia Nacional por autoadoctrinamiento . No pudo ser expulsado de España por la pandemia y solo podía moverse por Guipúzcoa y localidades limítrofes del sur de Francia.
En cuanto a las actividades en la cárcel de Botafuegos, se pudo comprobar que los investigados, entre otras actividades, proferían cánticos yihadistas para ensalzar a los combatientes : «Era impactante cómo ensalzaban a los muyahidines, lo mismo que ver cómo captaban a chicos de apenas 22 años. Es la primera vez que se ve cómo alguien que es encarcelado por radicalización una vez dentro ha mejorado sus procedimientos».
Esta es la segunda operación en menos de un mes en la que el Servicio de Información de la Guardia Civil ha desmantelado una trama de captación de yihadistas en prisión. La pregunta, por tanto, es si existe una coordinación entre las distintas células que se han descubierto . Las fuentes consultadas por ABC lo descartan en esos términos, aunque sí confirman que hay relación entre internos yihadistas ingresados en distintos centros penitenciarios. Por ejemplo, se ha comprobado que uno de los detenidos en esta operación mantenía relación epistolar, entre otros, con Sadik Mohamed , detenido en 2016 en Málaga que participó en la operación en la quen Daesh consiguió liberar a cientos de presos de la cárcel de Abu Grahib en 2013.
Noticias relacionadas