Golpe de mano de Sánchez para acallar las críticas de los barones
La Ejecutiva del PSOE apoya al Gobierno y sólo debate la falta de explicación sobre la relación con Bildu y el peso de Iglesias
El PSOE pretendió dibujar ayer un complejo equilibrio que combinase a la vez una rotunda desautorización de los líderes territoriales que han cuestionado el entendimiento presupuestario con EH Bildu a la vez que se negaba la existencia de entendimiento alguno. En paralelo, el exvicepresidente del Gobierno, Alfonso Guerra , manifestaba su rechazo a esos últimos acontecimientos: «Muchos españoles y muchos socialistas tienen un nudo en la garganta».
La Ejecutiva Federal del PSOE (CEF), en boca de muchos de sus dirigentes, y en primera persona por parte del secretario general y presidente del Gobierno, exhibió ayer internamente una contundente desautorización a quienes se han manifestado críticos con el Gobierno.
Fuentes presentes en la reunión de la CEF describen haber encontrado al presidente «muy dolido» y «harto» con las críticas de algunos dirigentes territoriales . El grueso del malestar se dirige al presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page . Una idea que repiten machaconamente en Ferraz es que «cada vez son menos». Page es el que concentra el grueso de los rechazos. También Javier Lambán , aunque la relación es mejor con el aragonés. A Susana Díaz la consideran desactivada por su necesidad de mantener los puentes abiertos para no hundir definitivamente sus opciones de seguir liderando el PSOE andaluz.
En el caso del extremeño Guillermo Fernández Vara , que forma parte de la Ejecutiva, y que selló la paz con Sánchez en 2017, sus palabras han sorprendido más. El presidente de la Junta de Extremadura, que fue el primero en ser crítico con esta cuestión, ha intervenido en la Ejecutiva. «Ha aclarado también sus manifestaciones y ha dejado claro que apoya al Gobierno», señaló posteriormente José Luis Ábalos . Varias fuentes corroboran que Vara defendió el contenido de los Presupuestos y quiso enmarcar sus críticas en la necesidad de explicar mejor esta cuestión en muchos territorios.
Deslealtad al Gobierno
El líder socialista, tras valorar positivamente que los Presupuestos hayan comenzado su tramitación parlamentaria, y tras escuchar como muchos de sus dirigentes fieles, que son todos, criticaban a los barones pasó a hacer lo mismo.
La intervención del presidente según relatan fue «muy dura» en la línea de cuestionar la lealtad de estos dirigentes al Ejecutivo. Porque fuentes socialistas plantean que esas críticas «se han hecho en los medios y no se le han trasladado en privado» al presidente del Gobierno. Del lado contrario rebaten que esas cuestiones «difícilmente se pueden trasladar en privado cuando el Gobierno no mantiene interlocución con los territorios».
Y se insiste en la idea de que «el cambio de opinión» respecto a Bildu y los independentistas en general está en Ferraz. Porque ellos siguen «diciendo lo mismo» . Y se apunta a que así seguirá siendo. Ayer mismo Emiliano García-Page volvió a cuestionar la alianza con EH Bildu. «No creo que a estas alturas la estabilidad de un país pueda pasar por gente como ésta», señaló. A la vez que cuestionó las palabras de Ábalos en una entrevista en la que el número tres del PSOE afirmaba que la formación abertzale había sido más responsable que el PP al querer participar de la negociación. «No creo que haya ningún tipo de comparación extrapolable, es evidente», señaló Page, apuntando a que «hubiera sido deseable que, en una situación tan dura como la que está viviendo España, hubiera habido un acuerdo infinitamente más transversal».
Pero en el conjunto de la dirección socialista hay unanimidad contra ellos. «Hay disgusto por la actitud de quienes nunca salen para ayudar pero siempre para joder», apunta un miembro de la dirección federal. La animadversión hacia García-Page es especialmente cruenta.
La Ejecutiva se reunía conociendo ya las duras palabras hacia el Gobierno pronunciadas por el ex vicepresidente Alfonso Guerra , que subía con su intervención el nivel de las críticas expresadas por los dirigentes históricos. Guerra definió el entendimiento con Bildu como algo «absolutamente despreciable» y cuestionó la coalición con Unidas Podemos, que era útil para la moción de censura pero «no solvente» para gobernar. «A mi parecer, Sánchez se encuentra en una tela de araña que él ha tejido».
Preguntado por estas duras críticas Ábalos las encajó con «respeto», pero las despachó asegurando que «las realidades son muy distintas» y también las «responsabilidades» de cada uno. «Nosotros tenemos una responsabilidad muy importante, que es sacar al país de la crisis, para eso necesitamos las cuentas públicas. No tenemos tiempo para otras especulaciones».
«No hay acuerdo con Bildu»
Pese a la unanimidad de la dirección en su apoyo a Sánchez, varias fuentes consultadas sí reconocen que la cuestión de Bildu generó debate y existe cierto consenso en que ha faltado pedagogía a la hora de explicar la cuestión . Y en ese consenso se enmarca el mensaje planteado por José Luis Ábalos en la rueda de prensa posterior de intentar rebajar el pacto con Bildu.
Los socialistas han tardado varios días en intentar marcar un perfil diferenciado del que manifestaba el vicepresidente segundo, Pablo Iglesias , que daba la bienvenida al apoyo de Bildu a los Presupuestos y enmarcaba su colaboración en la construcción de un bloque que los incorpore «a la dirección del Estado». Desde el principio existieron en el seno del PSOE y del Gobierno voces que cuestionaban ese protagonismo. Hasta ahora el PSOE había dedicado estos días a justificar esa asociación como un ejemplo de «normalidad» y a criticar al PP por rechazar los Presupuestos. No fue hasta ayer cuando el PSOE quiso marcar ciertas distancias: «No hay ningún acuerdo, no hay ninguna voluntad de hacer sociedad para Gobierno», dijo Ábalos. Criticó que se está «sobredimensionando esta cuestión» porque «no hay ningún acuerdo», más allá de que han rechazado las enmiendas a la totalidad de PP y Vox. «No tenemos ningún mecanismo para que no expresen la orientación de su voto», justificó. Ábalos invitó a Cs a negociar enmiendas y enmarcó un eventual entendimiento con Bildu en ese proceso.
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