El Gobierno, sin «prisa» con el debate sobre el estado de la Nación, que no se celebra desde 2015
La oposición ve a Sánchez sin intención de convocar el debate, más de tres años después de llegar al poder
Pedro Sánchez no parece tener ningún interés en convocar el debate sobre el estado de la Nación , la cita parlamentaria que tradicionalmente era la más relevante del año, y que no se celebra desde 2015. El Gobierno ha transmitido al Partido Popular que no tenga prisa con ese debate. La oposición cree que entre los planes del presidente del Gobierno no está en absoluto convocarlo en los próximos meses.
El debate sobre el estado de la Nación se celebró por última vez en febrero de 2015, con Mariano Rajoy como presidente del Gobierno y Pedro Sánchez como jefe de la oposición. Se trata de un formato que no está incluido en el Reglamento del Congreso, pero se ha convertido en costumbre parlamentaria con el paso del tiempo, desde que Felipe González lo convocó por primera vez en 1983.
Al no estar regulado en ninguna ley ni reglamento, depende de la voluntad del presidente del Gobierno, que suele elegir un momento propicio a sus intereses para proponer unas fechas al Congreso, aunque sin perder la costumbre de que fuera anual. Solo los años electorales eran la excepción.
En 2016 no hubo debate por el bloqueo político. En 2017 tampoco se celebró por el desafío independentista de los catalanes y el golpe a la legalidad de octubre. En 2018 fue la moción de censura y no hubo debate. Tampoco en 2019, con dos elecciones generales. 2020 fue el primer año de la pandemia y en 2021 Sánchez no ha considerado oportuno tampoco convocarlo.
Lo cierto es que en el PP creen que al Gobierno se le han acabado las excusas. Ayer, en la reunión que mantuvo con el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños , la portavoz del Grupo Popular, Cuca Gamarra le preguntó por los planes del Ejecutivo con ese debate, que los populares están reclamando desde hace meses. La respuesta de Bolaños fue que no tuviera prisa.
En el PP no ven ningún interés en el Ejecutivo para convocar un debate que enfrentaría a Sánchez al conjunto de los grupos, y que serviría a todos, también a sus socios, para lanzarle sus críticas y sus exigencias durante dos días, lo que remarcaría las dependencias que tiene de independentistas, podemitas y proetarras para seguir en el poder.