El Gobierno acusa a Bolivia de hostigar a sus funcionarios

Achaca el incidente con los cuatro GEOs del 27 de diciembre a la pasividad de la policía boliviana

Vigilancia en la Urbanización La Rinconada de La Paz, donde está la Embajada de México Reuters

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El Ministerio de Exteriores achaca a las autoridades interinas de Bolivia la escalada de la crisis provocada el pasado 27 de diciembre cuando la encargada de negocios «ad interim» de la Embajada española en La Paz, Cristina Borreguero, y el cónsul, Álvaro Fernández, visitaron la embajada de México en Bolivia.

Esta visita provocó un tumulto a la salida, que involucró a cuatro policías del GEO, que no pudieron recoger a los dos representantes diplomáticos para trasladarlos de nuevo a la Embajada . Además, «se les bloqueó la retirada» viéndose expuesta sus identidades y fotografías posteriormente en medios de comunicación . Esta crisis provocó la expulsión de la encargada de negocios y el secretario de Embajada, por su parte, España expulsó a tres diplomáticos bolivianos.

En una respuesta al Grupo Parlamentario Vox, que realizó una batería de 18 preguntas sobre el incidente diplomático, el Gobierno niega que la reunión en la Embajada de México, «de unos 40-45 minutos», tuviera como objetivo ayudar a exministros de Evo Morales y altos cargos del MAS (Movimiento al Socialismo) a librarse de la acción de la justicia boliviana.

«El Gobierno de España lamenta profundamente que, pese a las explicaciones ofrecidas el propio 27 de diciembre a la Canciller Longaric [...] y pese al comunicado del MAUC de 28 de diciembre que negaba claramente el relato falso aparecido en los medios de comunicación y en redes sociales sobre los sucesos (en el que se acusaba a los funcionarios españoles de querer ayudar a alguno de los asilados a evadirse de la justicia boliviana), las autoridades interinas bolivianas dieran pábulo a esas noticias falsas. Igualmente lamenta que las autoridades interinas no dieran ninguna muestra de voluntad de contribuir a desescalar la crisis», explica Exteriores.

Filtración de identidades

Además, el Gobierno español acusa a las mismas autoridades interinas de Bolivia de «la filtración de información y fotografías personales de los funcionarios españoles con los riesgos que ello entraña para su seguridad y el correcto desempeño de sus funciones».

El relato de los hechos del Ministerio de Exteriores, que ya ha concluido su investigación interna de lo sucedido, acusa también de «una actitud pasiva» a la policía boliviana que se encontraba fuera de la Embajada en el momento de que ciudadanos comenzaron a hostigar a los cuatro policías GEOs: «Los efectivos del dispositivo de seguridad intentaron evitar la continuación de las agresiones y solicitaron el apoyo de la policía boliviana, que mostró una actitud pasiva ante dicho ruego. Es preciso reseñar que, aun sin mediar la petición de los efectivos españoles, la policía boliviana estaba obligada por la Convención de Viena de 1961 a proteger a los miembros del efectivo (portadores de pasaporte diplomático) y a los vehículos de la embajada (con matrículas diplomáticas también)».

Por otra parte, el Ministerio de Exteriores aclara al Grupo Parlamentario Vox que los cuatro policías GEOs llevaban puesto el pasamontañas tras «observar que su imagen estaba siendo grabada por varias personas con dispositivos móviles» . Algo explicable «dada la sensibilidad de las misiones que tiene asignadas el cuerpo de los GEOs» (Grupo Especial de Operaciones de la Policía Nacional).

Sobre el proceso de decisión que llevó a la visita a la residencia de la embajadora de México el 27 de diciembre, la respuesta parlamentaria refrenda una de las principales conclusiones de la investigación interna de Exteriores: fue la propia Dirección General para Iberoamérica y el Caribe la que consideró oportuna la visita tras una petición del 26 de diciembre del delegado de la UE en La Paz, León de la Torre, a los Estados miembros para que trataran de «reducir la tensión» entre México y Bolivia tras la huida de Evo Morales al país presidido por Andrés Manuel López Obrador.

¿Y Zapatero?

En la respuesta, se niega que el expresidente Rodríguez Zapatero tuviera alguna relación con la decisión de acudir a la Embajada mexicana (ésta era una de las preguntas de Vox).

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