Arrimadas e Igea chocan en las coaliciones con el PP
La gestión porst 10-N marca el debate a la presidencia de Ciudadanos
El escenario era el de las grandes noches. El de los debates electorales entre los candidatos a presidente del Gobierno. En juego está el liderazgo de Ciudadanos (Cs), que sus militantes determinarán con su voto este fin de semana. El coloquio se celebró en la sede nacional del partido, con los equipos de los dos postulantes como único público. Los afiliados pudieron seguir el enfrentamiento intelectual desde casa, y ya en el minuto inicial de cada uno se adivinaban las discrepancias.
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El vicepresidente de Castilla y León, Francisco Igea , arrancó pidiendo «perdón» por los errores cometidos en el pasado; mientras que su rival, la portavoz de Cs en el Congreso, Inés Arrimadas , prefirió lanzar un mensaje de esperanza, de futuro, y prometió «levantar» al partido del «resbalón» del 10-N.
Pullas desde la cordialidad
En eso, en un resbalón, se quedó la autocrítica de Arrimadas en la estrategia del partido tras el 28 de abril. Ella defiende que fue el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, quien desoyó la propuesta de desbloqueo «in extremis» que realizó su partido para evitar la repetición electoral. También que el secretario general del PSOE ignoró la «vía 221» tras el 10-N, para evitar que el Gobierno dependa de nacionalistas y «populistas».
Igea, por contra, ahondó en la autocrítica y asumió que Cs perdió «una oportunidad histórica» cuando sumaba 180 escaños con el PSOE. Se acordó también de los gobiernos autonómicos y del rechazo a coaligarse en Aragón con el socialista Javier Lambán .
El moderador, el redactor jefe de España del diario ABC, Juan Fernández-Miranda, no tuvo que intervenir para evitar interrupciones. La tensión entre los adversarios se limitó al contenido de sus palabras. Igea criticó la coalición con el PP en el País Vasco y reclamó « un proyecto autónomo ». Arrimadas le salió al paso y abogó por la unión para defender «la dignidad» del constitucionalismo. Y lanzó un recado al vicepresidente castellano y leonés: en Galicia, no han aceptado «absorción ni cargos». El intercambio de golpes, alguno solo inteligible para entendidos en la materia por su alto carácter interno, no salió de la cordialidad. «Hay una diferencia muy clara entre ser autocrítico y ser autodestructivo», atizó Arrimadas, que imploró a Igea que, si gana ella, no diga más en público que Cs está «muerto» . Él contrarrestó: «Si soy presidente, quiero que me critiques sin parar».