Génova niega que esté «sondeando a nadie» y descarta que haya una decisión «inminente» sobre Cifuentes

Rivera sentencia a Cifuentes: apoyará un Gobierno del PSOE si Rajoy no la aparta

Albert Rivera y Cristina Cifuentes en la fiesta del 2 de mayo del pasado curso. Maya Balanya

Si no da marcha atrás, Albert Rivera sentenció ayer de forma casi definitiva la trayectoria política de Cristina Cifuentes. La proclamada amistad que ambos decían profesarse de poco ha servido. La salud del pacto firmado en julio de 2015 entre la presidenta de la Comunidad de Madrid y el grupo de Ignacio Aguado en la Asamblea regional se deterioró muy rápido. Hoy las relaciones están rotas. La confianza es nula.

El caso del máster ha puesto la puntilla, y Ciudadanos dejará caer a quien consideran uno de los carteles electorales del PP que mejor compite contra ellos. Rivera manifestó su decisión ayer, durante la reunión de su grupo parlamentario en el Congreso, y cargó en Mariano Rajoy la responsabilidad de su futuro. «Son ellos los responsables de si quieren un gobierno de la lista más votada o de la segunda», lo que supone la voluntad inequívoca de apoyar la moción de censura que firma el PSOE si Cifuentes resiste y Génova no fuerza su salida.

Tras días de acuciante presión y de ver cómo su partido volvía a quedar atrapado en la dicotomía que lo define, entre apoyar al PP o al PSOE, Rivera decidió llevar hasta el final su mejor carta: la vía murciana. «Le pido a Rajoy que haga lo mismo que hizo en Murcia», planteó el presidente de Ciudadanos, que reclamó además «que lo haga cuanto antes porque ya sabemos como acaba esto».

El PP aguanta el pulso

En la lista de preferencias de Ciudadanos la primera sigue siendo sustituir a Cifuentes por un candidato del PP, como logró hace un año con Pedro Antonio Sánchez en Murcia, porque no le supone el desgaste de permitir que la izquierda gobierne tras derrocar al PP. Pero en segundo lugar está la opción firme de apoyar a Ángel Gabilondo si Rajoy no entrega la cabeza de la presidenta madrileña. La posibilidad de mantener a Cifuentes está descartada, aseguraban ayer varios altos mandos del partido.

«Falta sentido común»

Rajoy, desde Argentina, pidió «sentido común, que falta hace»; el PP acusa a Cs de generar inestabilidad

Fuentes de la dirección nacional de Cs confían en que todo se resuelva «en cuestión de días», aunque asumen que todo depende ya de «los tiempos de Rajoy». Por la tarde se extendían los rumores de dimisión inminente de Cifuentes, pero Génova descartó que la resolución de esta crisis esté cerca. Sea cual sea la decisión que tome el presidente, el PP está dispuesto a aguantar el pulso. «Esto no va a ser inminente», aseguró a ABC un miembro de la cúpula de Génova. De momento, su estrategia se centra en culpar a Ciudadanos de tomar decisiones «precipitadas» e irresponsables, que ponen en jaque la estabilidad de la Comunidad de Madrid. Los populares acusan a Rivera de entregar el Gobierno regional a la izquierda «radical» de Podemos, aliada del PSOE en esta operación, con tal de lograr de desgastar a Rajoy.

A Cs le gusta Gabilondo

Rivera apoyará a Gabilondo porque cree que su perfil no les penaliza: ya pensaban en pactar con él en 2019

En efecto, un dirigente de Cs aseguraba que están dispuestos a llegar «hasta el final». Que las palabras de ayer de Rivera solo se explican porque ya se está seguro de «poder completar la jugada». Es decir, se elevará al PSOE al Gobierno si es necesario. Estas fuentes señalan que a esa decisión contribuye de manera importante la figura de Ángel Gabilondo. Creen que en estas circunstancias no les penalizará votar un perfil como el suyo.

Confianza rota PP-Cs

La relación del grupo parlamentario de Cs en la Asamblea de Madrid con Cifuentes era tan mala, que la opción de una suma con Gabilondo tras los comicios de 2019 era la opción preferente. A ser posible sin requerir a Podemos. Pero el caso máster ha cambiado los planes, y aseguran estar dispuestos a hacer este viaje con los de Pablo Iglesias.

«Rajoy lo puede hacer rápido. Esperemos que lo haga pronto. Se tiene que ir Cifuentes y poner a una persona de su partido», señaló ayer Rivera. La otra opción, dijo, es que prefiera «seguir tapando» lo que denominó como «trama de corrupción», caso en el que, volvió a insistir, «habrá cambio de Gobierno».

En la mente de todos está la fecha del 2 de mayo, día en que se celebra la festividad de la Comunidad de Madrid, a la que Ciudadanos desea llegar con el caso resuelto. Aunque el plazo límite es el 7 de mayo, que es el margen dado por la Asamblea para que la presidenta de la Cámara fije la fecha del debate de la moción de censura. Rivera le pidió ayer a Rajoy un presidente interino hasta que acabe la legislatura para evitar «que el futuro Gobierno en Madrid lo elijan Sánchez e Iglesias».

Antes de entrar a la reunión de grupo, en conversación informal con los periodistas, aseguraba que el PP ya estaba barajando otros candidatos. Y que por tanto «no había nada que negociar». Génova lo negó de manera categórica: «Es mentira pura, intoxicación». «La dirección nacional no está sondeando a nadie», aseguraron a ABC desde la cúpula popular, que mantiene «los teléfonos abiertos», que ayer no sonaron, en busca de una salida que hoy Cs descarta: salvar a Cifuentes.

A más de 10.000 kilómetros de distancia, la polémica sobre el futuro político de Cifuentes alcanzó a Mariano Rajoy, de visita oficial a Argentina, la primera de un presidente español desde 2007. El presidente intentó zafarse de un caso que centra el debate político nacional, en cuanto la prensa española le preguntó por ello. Rajoy respondió con frialdad y bastante cortante cundo se le ha inquirido por el futuro de Cifuentes, dejando en manos de los partidos la respuesta. Eso sí, pidió «celeridad y sentido común, que falta hace», para resolver este asunto. Rajoy se negó a afinar la respuesta en una segunda pregunta. Informa Mariano Calleja desde Buenos Aires.

Fuentes próximas a Rajoy comentaron que el presidente está centrado en una visita oficial a Argentina de enorme importancia para España, y no tiene los detalles de lo que ocurre con la presidenta madrileña. En realidad, su no respuesta ha sido una contestación en toda regla, pues cuando el presidente quiere apoyar a uno de los suyos, sabe muy bien cómo hacerlo. «Es un tema de los partidos. Si alguien amenaza o advierte debería explicar por qué lo hace. Yo desde luego ni amenazo ni advierto», añadió.

Rajoy se debate ya entre perder el poder en la Comunidad de Madrid o evitar entregar otra pieza a Rivera.

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