La frontera de Ceuta se acicala para la apertura un año después de la crisis migratoria en el Tarajal

Hay malestar entre los trabajadores transfronterizos por no estar dentro del primer grupo que va a poder pasar

La frontera de Ceuta con Marruecos se prepara para su apertura este jueves tras dos años cerrada Francis Silva

J.J. Madueño

La frontera del Tarajal en Ceuta se está acicalando este lunes para su apertura. A las 00.00 horas de este martes la apertura será efectiva. Justo un año después de que Marruecos provocara una crisis humanitaria en Ceuta al abrir el paso entre ambos países. Lo hizo como represalia a la acogida del líder del Frente Polisario, Brahim Gali, en Zaragoza para curarse de coronavirus. Aquella crisis con más de 12.000 personas varadas en la Ciudad Autónoma sigue teniendo cuentas pendientes, pero tras las cesiones de Pedro Sánchez con el Sáhara Occidental ahora se normalizan las relaciones con la apertura de las fronteras terrestres. Las únicas que quedaban por recuperarse.

A partir de esta madrugada comenzará una apertura «gradual» en varias fases. No habrá trabajadores ni tampoco mercancías. «Ni una bolsa de tomates», ha señalado Salvadora Mateos , delegada del Gobierno en Ceuta en rueda de prensa este lunes. Según el acuerdo con Marruecos, para España sólo pasarán aquellos que sean europeos o marroquíes con un visado externo. De Ceuta podrán salir todos aquellos que tengan un pasaporte.

La Delegación del Gobierno ha explicado que el tránsito será «muy controlado». El Ministerio de Interior ha hecho un refuerzo de efectivos para chequear a todo aquel quiera pasar de un lado a otro. «Desde hace varios días hay personas que están viniendo a preguntar cuándo y cómo pueden pasar», explica un guardia civil en el mismo paso, donde las Fuerzas de Seguridad añade que en la media noche va a haber mucha gente que quiera pasar al otro lado. «Hay colas en la parte de Marruecos», explican estos agentes.

Frontera Ceuta con Marruecos Francis Silva

Cuando muchos de los niños lanzados al mar en Ceuta el pasado 17 de mayo siguen en el centro de acogida de Piniers, no se han desmantelado aún las naves del Tarajal y las obras siguen su curso, se abre la verja para el tránsito. Se hace tras dos años cerrada. Mohamed VI clausuró la frontera por la pandemia y no la volvió a abrir por castigo a las cesiones al Frente Polisario.

Ahora volverá a cobrar vida. Y para ese efecto, el paso entre España y Marruecos se viste largo, como aquellas ferias o evento que ultiman detalles de última hora. Los servicios operativos pintan los bordillos y los arriates. Los jardines son regados por los operarios, mientras otros hacen pequeñas obras. Se abren evacuaciones de agua y los operarios descargan maquinaria para acelerar la puesta de largo del paso.

Pero se hará sin trabajadores transfronterizos. Los trabajadores que viven en una parte de la frontera y trabajan en la otra, la mayoría marroquíes en empresas de Ceuta o en casa como servicio doméstico, no lo podrán hacer hasta el 31 de mayo. Es cuando se abrirá el paso para ellos. Algo que no ha gustado. Se sienten traicionados tras el anuncio de que serían los primeros en cruzar, pero ahora se ven relegados. «Es un tiempo para que puedan regular sus documentos», explican las autoridades sin que convenza mucho al colectivo.

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