Ferraz alecciona a sus cargos sobre el Sahara ante la desazón interna: «No ha habido cambio de posición»

Prepara un argumentario para sus cargos que glosa la importancia de la relación con Marruecos y endosa a Zapatero el momento en que se produjo el cambio sobre el Sahara, pese a que Sánchez va más lejos al señalar la preferencia por el plan marroquí. En privado el Gobierno no se atreve a afirmar que no hay cambio de posición

Consulta aquí el argumentario completo del PSOE sobre el Sahara

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Víctor Ruiz de Almirón

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Existe en el seno del PSOE una profunda desazón por la decisión del Gobierno de España de apoyar la propuesta marroquí de autonomía para el Sáhara Occidental como la mejor posición. ABC ya informó este domingo de que el movimiento de Pedro Sánchez no estaba siendo fácil de digerir dentro del partido . La decisión no despertó ningún entusiasmo, en el mejor de los casos. Y la perplejidad por cómo se ha gestado la decisión, incluso entre quienes la ven correcta, ha alcanzado incluso a algunos sillones socialistas en el Consejo de Ministros. El mutismo al respecto del presidente del Gobierno, que no ha dicho palabra al respecto desde que se conoció el acuerdo con Marruecos, no ayuda en absoluto a mejorar el estado de ánimo del partido.

Ante esta situación, el PSOE intenta trasladar mensajes fuerza a sus bases y cargos para poder explicar esta decisión, mientras Sánchez no lo hace, cuando tengan que comparecer ante la opinión pública. Ferraz preparó y difundió este lunes un argumentario interno de cuatro páginas que glosa la importancia de las relaciones de España con Marruecos y lanza una idea fuerza sobre el Sahara: no hay cambio de postura .

El portavoz del PSOE, Felipe Sicilia , protagonizó este lunes una sorprendente rueda de prensa en la que intercaló mensajes como ese de que no ha habido cambio de postura con afirmaciones como que «es normal que, en tantos años, pueda cambiarse la postura» ante nuevas circunstancias o que tras «décadas de conflicto y situación enquistada, es lógico que haya países que hayan podido cambiar su posición». Pero pese al reconocimiento de que sí hay modificación de postura, cosa que en privado nadie niega, el argumentario dicta que lo que hemos conocido no es novedad. «Ha sido la postura de España desde 2008 con José Luis Rodríguez Zapatero».

La conclusión: es evidente que hay un cambio de postura que, en el mejor de los casos, representa ir varios pasos más allá de lo que planteó Zapatero en 2007-2008, que es la posición que se cita como eximente de este Gobierno. Algo así como reconocer que respecto al Sahara el PSOE sí ha cambiado la postura pero ya hace muchos años. Y esto es cierto, porque en los órganos internacionales España ha venido apoyando intereses de Rabat . Pero la afirmación de Sánchez respecto a que el plan marroquí es «la base más seria, realista y creíble para resolver el contencioso» nunca había estado en boca de las autoridades españolas. Una posición que conocemos a través de Marruecos, que emitió un comunicado con extractos de la carta que Sánchez envió a Mohamed VI. Una carta que el Gobierno no ha hecho pública.

Lo que hizo Zapatero entonces y que se había mantenido como trasfondo fue dar legitimidad a la propuesta marroquí, al apoyar «los esfuerzos serios y creíbles de Marruecos» para solucionar el conflicto. Pero nunca y bajo ningún concepto se planteó que esa propuesta fuese la mejor solución como ha hecho ahora Sánchez. Las últimas resoluciones de la ONU que el PSOE cita como argumento para definir su posición dentro de ese marco tampoco destacaban la preferencia por la posición marroquí, sino que se ceñían a lo que planteó Zapatero. Que no es lo mismo que lo manifestado por Sánchez.

Zapatero en 2008 dijo que Rabat había hecho «esfuerzos serios y creíbles» y destacando que el plan marroquí «constituye una contribución positiva». Fue leído entonces como un evidente respaldo a Marruecos, y lo era porque iba un paso más allá de lo que él mismo había dicho en 2007 al definir la propuesta marroquí como «una base seria y creíble» para solucionar el conflicto. En ninguno de los dos casos, si se atiende a la literalidad de los términos, algo muy importante en las relaciones diplomáticas, puede afirmarse que las posiciones fuesen la misma. Si lo son, ¿por qué Marruecos ha celebrado una posición que según España ya existía?

No había un posicionamiento claro de preferencia por el plan marroquí, al menos no públicamente . Esa posición de Zapatero sí guarda gran sintonía con la de Francia o Alemania recientemente . El PSOE defiende en su argumentario que la de España es la de esos dos países. Pero lo cierto es que es un paso más allá al apostar claramente por la solución marroquí.

Pero incluso después de eso el PSOE ha manifestado posiciones posteriores a las expresadas de nuevo más vinculadas a su tradicional vínculo con el pueblo saharaui . En el programa electoral de abril de 2019 (no así en la repetición electoral de noviembre) el PSOE propugnaba «una solución respetuosa con el principio de autodeterminación». Y más recientemente en septiembre de 2021 ante la Asamblea General de la ONU el presidente Sánchez se expresó en los mismos términos, destacando que la solución debía ser «mutuamente aceptable». El Gobierno explica en privado que su movimiento no implica un reconocimiento de la autonomía y que siguen defendiendo que debe haber un acuerdo pilotado por la ONU . Eso es cierto. Pero lo que ha hecho el Gobierno es tomar partido por la posición marroquí.

La retórica del PSOE, pese a que el Gobierno habló de «nueva etapa» en las relaciones con Marruecos es que respecto al Sahara no haya cambiado nada. Pese a que el propio Gobierno trasladaba el fin de semana que «informó previamente al argelino sobre la posición de España en relación al Sahara». ¿Informar de una posición que no ha cambiado? Se hace evidente que la causa genera incomodidad en el partido y el citado argumentario se elabora para poder justificar la posición y aleccionar a sus bases más vinculadas sentimentalmente a la causa saharaui.

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