Fernández Díaz niega haber enviado mensajes sobre Kitchen a su número dos

Registra un escrito en la Audiencia Nacional en el que recurre su imputación

Jorge Fernández Díaz en una imagen de archivo ABC

Isabel Vega y Javier Chicote

El exministro del Interior Jorge Fernández Díaz ha recurrido su imputación por delitos de malversación y revelación de secretos en el caso Villarejo con un escrito a la Audiencia Nacional en el que asegura que «ni envió ni recibió» mensajes de texto sobre la operación Kitchen . Dice que «lo más conveniente» sería que en vez de imputado, le llamasen como «testigo».

«Tales mensajes constituyen la única referencia concreta que apunta hacia el señor Fernández Díaz. Todo lo demás son referencias genéricas, vagas, imprecisas, no sustentadas en indicios o elementos de los que pueda inferirse de una manera tangible, objetiva y concreta la participación en los hechos», dice el escrito al que tuvo acceso ABC.

Se refiere a los mensajes SMS con información clave sobre la operación que el secretario de Estado Francisco Martínez conservaba en su teléfono móvil y de los que levantó acta notarial al constatar por las declaraciones en prensa de Fernández Díaz, que quien fuera su jefe iba a negar cualquier conocimiento con la operación para robar material sensible al tesorero del PP Luis Bárcenas , dejándole así como máximo responsable político a ojos de la Audiencia Nacional.

Insiste en que esos mensajes «tan sólo constan impresos en dos actas notariales de presencia a instancia de don Francisco Martínez». «Parece que se dan por buenos y se presume su autenticidad y se fundamenta en tales comunicaciones la imputación de mi representado», dice el escrito, que incide en que antes de citar al exministro «debió comprobarse la autenticidad de los referidos mensajes, quizá mediante una prueba pericial y con su resultado, acordar o no la citación».

«El propio Ministerio Fiscal indica que los mensajes fueron borrados voluntariamente por el señor Martínez tras sus comparecencias ante Notario», añade la defensa de Fernández Díaz, que cuestiona de este modo «el muy limitado valor probatorio de las actas notariales de presencia».

«Se está infiriendo directamente que mi defendido Fernández Díaz envió y recibió determinados mensajes (lo que rechazamos) si que exista ni hecho objetivo ni prueba directa de absolutamente nada», abunda en este sentido, para apuntar además que esos mensajes «son perfectamente manipulables».

Dedica parte del escrito a analizar el tenor literal de esas comunicaciones y concluye que es «totalmente inverosímil y contradictorio». «Resulta absurdo pensar que el entonces ministro del Interior estuviera al corriente del volcado de los dispositivos de Bárcenas y su esposa y fuera él quien informara al secretario de Estado de Seguridad y no al revés, en todo caso, cuando según refiere el Ministerio Fiscal y el auto el contenido de dicho volcado se entregó personalmente a Francisco Martínez».

«No existen indicios»

En cuanto a los «numerosos indicios» que llevaron a Anticorrupción a solicitar en primer lugar la imputación, afirma que «no se concretan ni individualizan» porque «sencillamente» no existen.

En este sentido, se detiene en que cuando la Fiscalía y el Juez hacen referencia en sus escritos «a diversas personas 'plenamente identificadas en la presente investigación'» a partir de los apodos que utilizan Villarejo los suyos en los audios intervenidos, «no se hace mención alguna a Jorge Fernández Díaz». «Esta circunstancia es muy significativa, es decir, no aparece su nombre en el listado de personas identificadas durante la operación Kitchen ».

Por otra parte, se desmarca de los supuestos fines de la Kitchen, pues «resulta obvio que Bárcenas era tesorero del PP, no del Ministerio», y la persona de Fernández Díaz no ha sido relacionada «nunca» con la trama Gürtel, «por lo que cabe inferir que no tenía interés alguno o motivación especial en la creación o coordinación de una operación policial dirigida a sustraer determinada información de aquella investigación judicial».

Llama también la atención sobre ese SMS en el que se supone que él habló del «contacto cecilio», el mote de los miembros del CNI, y en la anotación personal de Martínez hallada en su móvil en la que afirmaba tener claro que «otros servicios» intervinieron en el asunto. «Focalizar y encapsular la investigación judicial en el Ministerio del Interior (...) constituye cuando menos, un exceso interpretativo».

En cuanto a los fondos reservados que se habrían utilizado para pagar al principal confidente de la trama, Sergio Ríos, y que de acuerdo a la imputación salían de Interior, la defensa de Fernández Díaz incide en que, por normativa, el control y la gestión «compete a la Secretaría de Estado de Seguridad» por delegación del ministerio.

«Suponemos que por ello no existe en la causa elemento o indicio, al margen de meras sospechas y conjeturas ,que permitan concluir que Fernández Díaz estuviera al corriente o participara en la gestión de los fondos», añade, para incidir en que «es una presunción absolutamente gratuita y carente de fundamento» decir que en este caso, en lugar de tener delegada la gestión la asumía personalmente.

«Pena de telediario»

Según expone, esta citación la imputación «carece de cualquier sustento» y se apoya sólo en «sospechas y conjeturas» y pese a ello, se le ha «sometido» a una «pena de telediario».

Cabe recordar que el PP anunció la apertura de un expediente a Fernández Díaz en cuanto se supo que el juez García Castellón le había llamado a declarar en condición de investigado. Sectores del PP veían necesario que el exministro del Interior renunciara cuanto antes a su militancia en el partido, para evitar más daños de los necesarios a las siglas, informa Mariano Calleja .

Pero Jorge Fernández Díaz no tiene ninguna intención de dejar de ser afiliado del PP, al menos por ahora, porque supondría reconocer su «culpabilidad» en el caso del supuesto espionaje policial a Bárcenas y aceptar la acusación, y no está dispuesto a ello, según confirmaron a ABC fuentes conocedoras del caso

Las mismas fuentes comentaron que la opinión pública percibe la imputación como una presunción de culpabilidad, lo que consideran claramente «injusto». En ese sentido, añadieron, el exministro quiere evitar movimientos que puedan confirmar esa presunción, como sería abandonar el Partido Popular justo en este momento del proceso judicial. Su propósito es intentar defender su «inocencia» hasta el final, sin alimentar otras hipótesis.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación