Cae la «fábrica» de droga de diseño más potente de España
Incautan casi un millón de pastillas a una red que tenía en Barcelona su epicentro
Llevaban meses vigilando aquella vivienda cuando un mediodía de mediados del pasado mes de octubre sorprendieron a un individuo que sacaba 30 kilos de «speed» en un carrito. Luego, dentro del piso, hallaron 20 kilos más. Los investigadores de la Policía Nacional y de la Guardia Civil -que habían formado un equipo conjunto- confirmaron en aquel momento que estaban en una operación de envergadura. Pero era solo el primer paso de lo que un mes después acabaría convirtiéndose en un golpe histórico al narcotráfico: la mayor aprehensión de drogas de diseño en la historia de España. Entre el material, un total de 827.000 pastillas de MDMA. Y desmantelaban, con un total de 11 detenciones, a la organización que, con epicentro en Barcelona y capitaneada por un «narco» holandés, era la principal productora y distribuidora de droga sintética en territorio español.
La banda tenía su «sede central» en la capital catalana, donde disponía de dos laboratorios y dos almacenes clandestinos, la mayor «fábrica» de drogas de diseño de España. A Barcelona las sustancias llegaban desde Holanda, y desde ahí se distribuía por toda la geografía española, especialmente hacia la costa mediterránea.
El «modus operandi» de esta organización criminal, de alcance internacional, era complejo. Para sufragar la importación de la droga sintética desde Holanda, la banda vendía marihuana y hachís aprovechando el mismo transporte. Los camiones transportaban la marihuana y hachís desde Barcelona y Málaga hacia Holanda , y a la vuelta portaban la droga sintética con destino a la capital catalana.
La banda había trasladado de Barcelona a Málaga parte de su negociado, y desde una nave industrial de la ciudad andaluza los investigadores hicieron seguimiento a un camión sospechoso. Le dieron el alto en la frontera de Irún con Francia. El hombre transportaba en el camión dos coches clásicos -como mera tapadera-y dos antiguos transformadores eléctricos trifásicos, que, en un doble fondo, escondían 310 kilos de hachís y 89 de marihuana. Fue una aprehensión clave para comprender el «modus operandi» de la banda y su sofisticación.
Las «cocinas» de Barcelona
Los camioneros no volvían con el trailer vacío. Volvían con miles de pastillas de MDMA y, con lo que es más novedoso, y que más sorprendió a los investigadores: litros de anfetamina líquida que trataban de disimular haciendo pasar por líquido la limpieza de piedras y cemento. Según explicaron a ABC fuentes de la Brigada Central de Estupefacientes de la Policía Nacional (Udyco), valiéndose de este líquido levantaban menos sospechas y, además, con un sencillo «cocinado» en los laboratorios de Barcelona, el «speed» quedaría listo para distribuir.
La operación, bautizada como «Latrans-Girasol-Muhlberg», se desarrolló en tres fases entre octubre -cuando sorprendieron al hombre de los 30 kilos de «speed»- y noviembre , y sirvió para decomisar una cantidad monumental de drogas de diseño, unas ya preparadas para vender y otras para terminar de «cocer» en los laboratorios de Barcelona. Fueron intervenidas 827.000 pastillas de MDDA (200 kilos) , 76 kilos de sulfato de anfetamina, 39,6 de cristal, 217 litros de anfetamina líquida -que de haberse procesado producirían 738 kilos de «speed»-, 310 kilos de hachís, 89 de marihuana, 2.000 dosis de LSD y 165 kilos de la llamada «cocaína rosa».
Los holandeses encabezaban el entramado. De esta nacionalidad es el jefe de la banda y dos mujeres -por debajo de él en la jerarquía-, que se encargaban de mediar con los transportistas, explicaron a este diario fuentes de la investigación. A continuación, en el escalafón le seguía el «cocinero» -un sevillano que acudía a los laboratorios de Barcelona para elaborar la droga- y, por debajo los transportistas (españoles, rumanos, colombianos e italianos). Ocho de los detenidos ya están en prisión.