JUICIO DEL CASO NÓOS

El exvicealcalde de Valencia, la nueva «estrella» en el banquillo de Nóos

La Infanta Cristina, Urdangarín y Jaume Matas saludaron al vicealcalde detenido 24 horas antes en Valencia

Alfonso Grau

PABLO MUÑOZ/JOSEP MARIA AGUILÓ

Alfonso Grau se convirtió, a primera hora de la mañana de ayer, en el foco de atención del banquillo de los acusados tras su detención por cohecho en Valencia el día anterior. Cuando llegó a la sala, varios de sus compañeros ya estaban dentro, entre ellos Doña Cristina, Iñaki Urdangarín y Jaume Matas. Los dos primeros fueron a saludarle con cordialidad, y el marido de la Infanta intercambió algunas palabras con él . Pero sin duda, el más cariñoso fue el expresidente balear, que probablemente entienda mejor que nadie la situación que vive.

Por lo demás, a medida que avanza el juicio las relaciones entre los acusados mejoran en algunos casos. Por ejemplo, Mercedes Coghen , consejera delegada de Madrid 2016, se ha convertido en la suministradora de «chuches» como caramelos de menta y otros , que reparte a sus más cercanos, como son la Infanta, Ana María Tejeiro, Salvador Trintxet y Alfonso Grau. Los acusados de la trama valenciana, excepto Grau, se relacionan más entre ellos, y hasta comen juntos con sus letrados.

Doña Cristina, por su parte, siguió ayer la vista con una tos que parecía nerviosa, mientras su marido tomaba notas de lo que contaba su exsocio, que en contra de algunos pronósticos no fue agresivo con él, al menos hasta ahora.

Urdangarín utiliza un pequeño cuaderno de tapas duras y una carpeta con folios igual a la que lleva su mujer, aunque él se muestra mucho más activo que ella. Llaman la atención sus coquetas gafas de color melocotón que utiliza para ver de cerca.

Diego Torres defendió su profesionalidad y explicó que si Urdangarín no firmaba presupuestos «no era porque no interviniera en su confección, sino porque lo decidimos así por discreción» .

Particularmente jocoso fue el momento en el que el fiscal Horrach le preguntó por un «pos it» intervenido en su domicilio en el que se podía leer «dinero B» y una cantidad importante junto a la leyenda «caja fuerte». El acusado respondió tajante : «Dinero B es la forma de llamar al dinero del Barclays, que es la entidad con la que financié mi vivienda. Cuando es La Caixa pongo dinero C... Nunca he cobrado ni pagado en B».

Diego Torres, cada vez más crecido según avanzaba el interrogatorio, protagonizó momentos de máxima tensión con Horrach que obligaron a la presidenta a pedir a ambos que «moderaran el tono» . Por momentos pareció querer dirigir él la declaración, introduciendo documentos que él mismo pedía exhibir.

Hizo responsable a Urdangarín del proyecto de los fantasmagóricos Juegos Europeos que se querían organizar en Valencia. El convenio con la Generalitat era de seis millones, intentó cobrar dos y solo se le pagaron 241.971 euros porque el resto de facturas eran falsas: «No lo eran, eran pro forma, se presentaron para ver si se podían cobrar con ese formato» . Además, dijo que todas las facturas cruzadas entre las sociedades de Nóos eran por trabajos reales y que los trabajadores se imputaban a aquella que hacía el trabajo .

En definitiva, todo lo que se había dicho hasta ahora era «una invención»; todo se hacía bien; no había irregularidades y además era imposible que las hubiera. No en vano, todo lo supervisaba la Casa Real y Hacienda...

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