Una exsenadora de Podemos denuncia al partido por blanqueo
Pide al juez que ya tiene imputada a la formación que investigue el diferencial entre las donaciones de los miembros y las que declaran al fisco
La exsenadora de Podemos Celia Cánovas ha presentado un escrito ante el Juzgado de Instrucción número 39 de Madrid en el que solicita que se amplíe la causa por malversación contra el partido a un delito de blanqueo de capitales en la gestión de las donaciones que se imponen a los militantes cuyos sueldos rebasan el límite de tres veces el Salario Mínimo Interprofesional.
En el escrito, adelantado por Vozpópuli y al que tuvo acceso ABC, la que fuera senadora por Tarragona en la XII Legislatura explica que el último año en que realizó esa aportación obligatoria, 2018, cedió 3.000 euros en dos transferencias registradas en enero.
Sin embargo, el tesorero del partido, Daniel de Frutos ; expidió un certificado para la Declaración de la Renta de 2019 en el que a fecha 1 de abril hace constar que la aportación de Cánovas fue de 5.000 euros , una donación que «se considera realizada con carácter irrevocable» y que excede en 2.00o euros el dinero realmente consignado.
«A la vista del contenido de las presentes diligencias y del Informe del Tribunal de Cuentas, así como de la nula información y transparencia sobre el destino dado por el Partido a las 'donaciones', entendemos que el mencionado Certificado no ha sido debido a un error tipográfico, sino que, pudiera ser debido a un presunto encubrimiento de una operación de blanqueo », dice el escrito dirigido al instructor Juan José Escalonilla.
«Sin dar cuentas a nadie»
Cánovas expone que durante el tiempo que estuvo en el cargo realizó mensualmente aportaciones por importe total de 25.000 euros y cuestiona el uso que Podemos hizo de ese dinero, que, según la normativa interna, deben donar todos los cargos electos «tanto al mantenimiento del partido como a la Caja de Solidaridad, para su aplicación a funciones sociales ».
«A pesar de ello, Podemos no ha explicado ni las cantidades invertidas en cada proyecto ni los colectivos que se benefician de este dinero. Esto es, a través del Portal de Transparencia del partido se debería haber realizado dicha labor informativa, sin embargo, las cuentas publicadas por el partido no incluyen estos datos en ninguna de sus páginas», reza el escrito.
Expone además que «al principio, eran los propios militantes los que tenían la opción de votar aquellas actividades que les pareciesen más adecuadas o convenientes» pero « en la actualidad, son los dirigentes los que eligen el destino del dinero, sin comunicar después su decisión y 'sin dar cuentas a nadie' ».
Es por eso que interesa que se acometan diligencias para esclarecer «el uso y destino de los fondos» y pide que, en primer lugar, se llame a declarar a De Frutos, que ya está investigado en este procedimiento y ha sido citado en noviembre; y a Denis Thomas Maguire, el responsable Económico-Financiero de Podemos en 2017 y 2018 que, según explica, se dedicaba a recoger esas donaciones de los distintos cargos electos.
El problema con las cuotas
En su caso, fue quien le reclamó las cantidades cuando tras Vistalegre II el partido decidió cambiar los términos que habían pactado para contribuir a los presuntos fines sociales. Según expone, desde que obtuvo el acta de senadora llegó a un acuerdo por el que donaría mil euros al mes, una cifra por debajo de ese excedente que el código interno impone donar, que se iban girando a su cuenta bancaria, tal y como acredita la documentación presentada al juzgado.
Asegura que en agosto de 2017, la entonces Secretaria de Acción Institucional Gloria Elizo, ahora Vicepresidenta Tercera del Congreso de los Diputados, le comunicó que debía aumentar la cuantía. «Ante el desacuerdo de mi mandante en el cambio del importe de la donación, Podemos dejó de girar recibos en la cuenta del Banco de Santander, para, de esta forma, intentar poner en evidencia que mi representada incumplía con el Código Ético, condición ésta que impediría que pudiese presentarse a ningún cargo interno o público», afirma.
Por eso, abrió una cuenta bancaria para poder transferir por propia iniciativa los importes mensuales a Podemos, aunque, según el relato que acredita al juez con el copia de aquel mensaje, «no fue hasta finales de diciembre cuando Elizo le comunica la cuenta donde efectuar las transferencias». Fue por ello que ingresó 3.000 euros de golpe, los del último trimestre de 2017, en enero de 2018. Los mismos que según De Frutos habían sido 5.000 al cabo del año. En ese diferencial encuentra la sospecha de un delito de blanqueo, sobre todo si de las diligencias se desprende que su caso no es el único.
«La vida imposible»
Aquel proceso no estuvo exento de complicación. Cánovas dice en conversación con este diario que le hicieron «la vida imposible» en el grupo parlamentario y el partido, que hubo quien se encargó de correr la voz, incluso con filtraciones a la prensa, de que eludía las cuotas que le correspondían por compromiso ético o que estaba en un proceso de regularización por los impagos anteriores.
Insiste en que en todo ese tiempo ella estuvo reclamando que se le mantuvieran, por un lado, los términos pactados y, por otro, que se le proporcionase la cuenta bancaria a la que realizar la donación, dado que cuando decidieron romper unilateralmente esa relación por la que se fijaban mil euros de contribución mensual le giraron de golpe un recibo que le dejó 7.000 euros de descubierto en el banco.
Ahora, tras ver «lo que han hecho» con el exabogado de Podemos José Manuel Calvente que denunció al partido por malversación y apropiación indebida, entre otros, desencadenando un procedimiento que sigue abierto en los juzgados de Madrid, ha decidido dar el paso y pedir al juez que tenga en cuenta la documentación que aporta y la considere acusación particular y también perjudicada.