Un exdirectivo de Repsol justifica el contrato con Villarejo frente al «concierto hostil» de Sacyr y Pemex

Suárez de Lezo afirma que no conocía ni la empresa ni al comisario, pero sabía que el jefe de Seguridad había encargado «inteligencia empresarial»

El ex secretario general y del consejo de administración de Repsol, Luis Suárez de Lezo EP

Isabel Vega

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El que fuera Secretario General y Secretario del Consejo de Administración de Repsol, Luis Suárez de Lezo, ha declarado este jueves en la Audiencia Nacional que el contrato con la empresa del comisario José Manuel Villarejo Cenyt sufragado a medias con Caixabank respondía a un «auténtico concierto hostil» del expresidente de Sacyr Luis del Rivero y la petrolera mexicana Pemex que iba a dañar gravemente a Repsol.

En calidad de investigado, Suárez de Lezo ha explicado que no conocía ni la empresa ni al comisario y fue el entonces jefe de Seguridad de Repsol, Rafael Araujo, también imputado, quien se lo dio todo hecho. Le comunicó que había recurrido a una empresa solvente que trabajaba para las grandes compañías españolas para encomendarle una labor de inteligencia empresarial, a fin de defender a Repsol de una opa y así, evitar que una Pemex controlase la empresa.

No le extrañó. Conforme ha detallado, el Gobierno de Argentina se puso en contacto con Repsol para pedir explicaciones ante la posibilidad de que Pemex controlase la empresa española, que allí explotaba sus recursos, según informan a ABC en fuentes presentes en la declaración. Ha incidido así en el impacto que podía tener para Repsol aquella maniobra , pues según ha señalado, la alianza acabaría desintegrando la compañía separando la parte nacional de la internacional y pasaría por robar su tecnología de aguas profundas y a sus mejores especialistas.

Suárez de Lezo ha incidido en que no recibió ninguna orden del presidente de Repsol, Antonio Brufau, sobre este asunto y que su conocimiento del desarrollo de la labor encargada a Cenyt se limitó a reuniones breves, ejecutivas y ocasionales con Araujo, que le proporcionaba información general, pero no detalles. En cualquier caso, no descarta que Brufau y el entonces presidente de Caixabank, Isidro Fainé, hablasen del tema. Le sonaba que Araujo le comentó que hablaría con su homólogo en la entidad financiera, Miguel Ángel Fernández Rancaño. La maniobra perjudicaba a las dos empresas, pues Caixabank era el accionista de referencia de la petrolera.

A continuación, ha declarado ante el juez Juan de Amunátegui, que en las fechas objeto del encargo a Villarejo era director corporativo de Servicios de Recursos Humanos en Repsol. Según ha afirmado, de acuerdo a las fuentes jurídicas consultadas, su conocimiento del asunto se limitó a «cotilleos» que le comentaba Rafael Araujo, que no despachaba con él de manera formal. Por la idea que se hizo de lo que le contaba, se trataba de obtener la mayor información sobre Sacyr y Pemex, pero nunca supo nada relativo a seguimientos ni a control de tráfico de llamadas.

En su caso, consta su firma como autorizada en una de las facturas de Cenyt. Ha explicado que no se fijó en el concepto concreto, pues validaba centenares de facturas , más allá de que era del área de seguridad y vigilancia. No sabía ni quién había contratado a Cenyt ni quién era Villarejo o qué relación tenía con la empresa, ni lo supo, de acuerdo a su declaración, hasta que el caso Tándem saltó a los medios.

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