Las excusas de los Mossos el 1-O
Pidieron ayuda a las 9.15 horas, cuando la respuesta ya era muy complicada pero acusan ahora a Policía y Guardia Civil de no coordinarse
Los Mossos d’Esquadra contraatacan y a pesar de las evidencias presentaron ayer un informe ante el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) en el que no solo defienden su actuación sino que acusan a la Policía y la Guardia Civil de haber actuado el 1 de octubre a sus espaldas, de forma distinta a la acordada en el gabinete de coordinación y que esa fue la causa de que la misma no fuera eficaz. El mayor de los Mossos, Josep Lluis Trapero, está acusado de sedición por la inacción de la Policía autonómica en el proceso que acabó en el referéndum ilegal.
La magistrada del TSJC que investiga al Gobierno catalán por la convocatoria del referéndum secesionista había pedido a los tres Cuerpos un informe de lo sucedido ese día. Los Mossos aseguran que decomisaron más de 400 urnas e impidieron la votación en 446 colegios electorales, de los 2.294 previstos. De ellos 297 porque simplemente porque no abrieron. Es llamativo que para eso no necesitaran emplear ni un mínimo de fuerza, dato que junto con otros en poder de los investigadores hace pensar que acordaron con la Generalitat dónde actuar para cubrir el expediente, según fuentes de Interior.
«Sin informar»
Según precisa la Policía autonómica, en el informe se hace hincapié en que en las reuniones de coordinación con la Policía y la Guardia Civil, dirigidas por el director del Gabinete de Coordinación y Estudios de Interior, Diego Pérez de los Cobos, se acordó que la intervención de estos dos Cuerpos sería siempre a requerimiento previo de la policía catalana. Los Mossos sostienen que sobre las 9:15, tras constatar que sus dotaciones no podían cerrar algunos colegios por la alta movilización ciudadana, pidieron el apoyo de los Cuerpos estatales.
No obstante, según los Mossos, la Guardia Civil y la Policía llevaron actuaciones previas a este requerimiento en varios puntos de votación, «sin informar ni comunicar» estas intervenciones y sin dar ningún tipo de explicación durante toda la jornada de por qué habían actuado. No dicen en cambio que las Fuerzas de Seguridad solo actuaron después de comprobar sobre el terreno que los agentes autonómicos no hacían su trabajo. A las seis de la mañana tenían la orden de que no hubiese nadie en los colegios y no solo no la cumplieron sino que mostraron una pasividad abrumadora, como han admitido muchos policías de ese Cuerpo.
«Me avergüenzo de los compañeros que intentaron dificultar el trabajo de la Policía y la Guardia Civil, que sí cumplían la ley», dice un mosso a ABC. «Sabía que no íbamos a cumplir, que era una trampa. Cuando hay un operativo como este se prepara en los días previos. En este caso se nos dio el briefing a las seis de la mañana»; es decir, justo cuando ya debían estar desalojados los colegios...
En el informe, los Mossos se defienden alegando que en los centros que no pudieron cerrar había una gran cantidad de personas concentradas. «Proceder al cierre efectivo habría comportado un uso de la fuerza que podría haber generado un daño superior al que se pretendía evitar y, que con toda seguridad, habría resultado imposible de ejecutar siguiendo los principios de congruencia, proporcionalidad y oportunidad».
En total, los Mossos d’Esquadra activaron a 7.850 agentes apoyados por 500 policías locales. Hicieron más de 6.700 actuaciones, de las que 2.240 correspondieron a actas de advertencia notificadas entre el 27 y el 28 de septiembre y más de 4.450 actas y minutas entre el 29 y el 30 de septiembre, para comprobar si los locales estaban abiertos o cerrados, si se estaban preparando el referéndum suspendido y advertir de la obligación de desalojar el local.
Los Mossos insisten en que en todas las reuniones de coordinación se habló de que habría una «alta movilización ciudadana de talante pacífico» y de resistencia pasiva y nunca de resistencia activa ni de grupos organizados violentos. Por ello se determinó que sus antidisturbios estuviesen a reacción, sin estar presentes inicialmente en los centros de votación y que la reacción recaería mayoritariamente en las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, siempre a requerimiento de los Mossos d’Esquadra.